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Aprende a ser una persona más empática con estos consejos

Personas empáticas

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Empatía es una palabra que escuchamos a menudo y que se ha hecho habitual en nuestro día a día como algo deseable y positivo. Pero, ¿cómo ser empático? La empatía se define como la capacidad de ponernos en el lugar de la otra persona, de lo que piensa o siente. Una manera sana de relacionarnos con los demás y mantener relaciones sociales realmente gratas y constructivas.

Una habilidad social muy valorada por su gran relevancia en todas las relaciones sociales. Una destreza que puede aprenderse, siendo posible llegar a ser una persona más empática con seguir unos consejos.

Características de la empatía

La empatía se caracteriza también por una serie de peculiaridades. Puedes calificarte como una persona empática sí:

¿Cuáles son los rasgos de las personas empáticas?

Además de estas características básicas existen otros rasgos que definen a una persona empática son:

¿Cómo tener más empatía? 6 consejos para conseguirlo

Como puedes comprobar, ser una persona empática tiene su lado bueno y otro no tan positivo ya que puede ser doloroso si se llega a extremos. Pero si aprendemos a manejar la empatía, esta puede ser una excelente herramienta para desarrollar nuestra inteligencia emocional y que sea una virtud y no un lastre. Entre las claves para conseguir ser una persona empática y sobrevivir en el intento se destacan los siguientes consejos:

  1. La escucha siempre ha de ser activa, siendo conscientes tanto de lo que la otra persona dice como de lo que calla o expresa con sus gestos y actitudes. La persona ha de sentir que la escuchamos atentamente.
  2. No hay que prejuzgar ni juzgar a la persona, demostrándoles que entendemos cómo se sienten y el porqué de sus sentimientos.
  3. La empatía no tiene que llevarnos a pensar exactamente lo mismo que la otra persona, podemos entender y compartir algunas premisas, pero no dar la razón o justificar todo.
  4. Antes de ofrecer una ayuda o una opinión es básico saber si eso es precisamente lo que la otra persona quiere o necesita. Que una persona se sincere o no cuente sus problemas no quiere decir que busque una solución, quizás solo desea desahogarse y sea suficiente para sentirse mejor.
  5. No es bueno implicarse al máximo o pecar por exceso al ser empáticos. Una situación así nos convierte en vulnerables e influenciables, dejándonos arrastrar. Esto puede ser agotador y puede hacer que nos abandonemos, relegando nuestro bienestar a un segundo plano.
  6. Hay que tener en cuenta que no todos los días somos capaces de dar lo mejor de nosotros mismos y es mejor ayudar o escuchar a los demás cuando estemos en condiciones de hacerlo.
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