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Dieta astringente: ¿Qué alimentos debes comer?

Alimentos para una dieta astringente

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En este post explicaremos qué es la dieta astringente, cuándo seguirla, cuáles son los alimentos astringentes recomendados y cuáles debes evitar.

¿Qué es una dieta astringente?

Un dieta astringente tiene como objetivo principal recuperar los minerales y líquidos perdidos tras una enfermedad o dolencia estomacal, normalmente gastroenteritis, donde el organismo se ha deshidratado. En este post te enseñamos qué alimentos debes comer para una óptima recuperación.

Esta dieta enlentece los movimientos intestinales y disminuye el volumen y las frecuencias de las deposiciones, ya que se basa en el consumo de alimentos astringentes, es decir que estriñen o estrechan los tejidos.

Las características generales de la dieta han de ser: baja en fibra insoluble (legumbres, verduras y ciertas frutas), baja en grasa, exenta en lactosa (leche, flan y natillas), sin alimentos irritantes (café, grasas, picantes, bebidas gaseosas) ni flatulentos (col, coliflor, repollo, alcachofas).

Te mostramos una lista de comidas o alimentos astringentes recomendados:

Yogurt natural y otras leches fermentadas.

Carnes: pollo, pavo, ternera, jamón cocido.

Pescados blancos: merluza, lenguado.

Verduras: zanahorias, y patatas cocidas.

Hidratos de carbono: Arroz, pasta y pan blanco.

Frutas astringentes: Plátano, manzana.

Alimentos a evitar en una dieta astringente

Alimentos rebozados.

Alimentos con fibra: cómo la mayoría de las frutas, la pasta, el arroz y los cereales integrales.

Alimentos picantes.

Pescados grasos como el salmón.

Guisos.

Frutos secos.

Embutidos y quesos grasos.

Margarina, mantequilla.

La leche con lactosa.

Café, alcohol, bebidas gaseosas.

*Si tienes pautada una dieta (diabetes, colesterol, hipertensión, …), debes adoptar estas recomendaciones a tu dieta anterior.

Por último, en las primeras 24 horas hay que asegurar la reposición de agua, glucosa y electrolitos que se pierden con la diarrea para evitar la deshidratación. Bebe de 2 a 3 litros de líquido repartidos en pequeñas tomas a lo largo del día, ya sea en zumos, consomés, tés, etc.

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