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¿Qué es el rendimiento cognitivo o «peak brain performance»?

Ejercicios para un rendimiento cognitivo alto

Fuente de la imagen: Freepik

La cognición es la facultad de los seres vivos para procesar la información recibida a partir de la percepción individual, el conocimiento adquirido a través de la experiencia y las características subjetivas que nos permiten evaluar dicha información.

Dentro de esta capacidad, el alto rendimiento cognitivo o, también conocido como «peak brain performance», corresponde a un funcionamiento óptimo de las capacidades cognitivas y funciones ejercidas. Este rendimiento óptimo se ajusta a las capacidades de cada individuo, de manera personalizada.

Esta mejora se traduce en una potenciación de la memoria, procesamiento de la información o velocidad en la toma de decisiones. Al igual que en el área deportiva, estas capacidades se pueden entrenar para su estimulación y potenciación.

La estimulación cognitiva

Para el desarrollo y potenciación del rendimiento cognitivo existe la estimulación cognitiva: el conjunto de técnicas y estrategias cuyo objetivo reside en buscar la eficacia y potenciación de las capacidades cognitivas y los procesos mentales, a través de actividades que desarrollan el cerebro. Este tipo de actividades mejoran el desarrollo cognitivo, lo que directamente potencia capacidades como la memoria o la concentración.

La realización de actividades complementarias a la estimulación cognitiva, como realizar una actividad física diaria, mejoran tanto el bienestar físico como el cognitivo, fortaleciendo nuestras capacidades y funciones.

Capacidades que influyen en el rendimiento cognitivo

Con el objetivo de obtener un alto rendimiento cognitivo o «peak brain performance», podemos entrenar un gran número de capacidades, fortaleciéndolas para un mejor desarrollo:

Ejercicios para favorecer el desarrollo cognitivo

Existen ciertas actividades o ejercicios de estimulación cognitiva que se pueden realizar para trabajar el alto rendimiento cognitivo:

Estos ejercicios deben adaptarse a las capacidades de cada persona, evitando la aplicación de tareas excesivamente complicadas en personas que no disponen de los recursos cognitivos necesarios para su resolución, ya que si se utilizan demasiados recursos en función de resolver dichas tareas, no se cumple el papel de la estimulación.

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