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¿Qué es la escoliosis y cuántos tipos existen?

Niño con escoliosis

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La escoliosis es una desviación lateral de la columna que perjudica a la espalda, los hombros y la pelvis. La columna vertebral de las personas presenta una cierta curvatura de forma natural, sin embargo, esta enfermedad provoca que esta sea mucho más acusada, adaptando una forma parecida a las letras C o S.

Las causas concretas de esta afección se desconocen en la mayoría de los casos, aunque suele derivar de factores hereditarios que se transmiten de padres a hijos. Algunas de las circunstancias que también pueden influir en el desarrollo de las escoliosis son: defectos de nacimiento que afectan a la formación de la columna, cirugías en la espina dorsal en los primeros meses de vida u otras enfermedades generales como la parálisis cerebral.

Además de la condición hereditaria, la aparición de la escoliosis depende de características como la edad y el sexo. Las primeras señales de alarma y síntomas comienzan durante la adolescencia y se ha comprobado que, aunque el número de hombres y mujeres que padecen esta afección se asemeja, estas últimas tienen un mayor riesgo de que la enfermedad se agrave en su desarrollo.

Síntomas de la escoliosis

Cuando aparece la escoliosis, se puede observar con facilidad la curvatura que presenta la columna vertebral, lo que provoca que se manifiesten en el cuerpo los siguientes signos:

Estas condiciones se traducen habitualmente en dolor de espalda, contracturas musculares, fatiga y disminución de la movilidad.

Tipos de escoliosis

La clasificación de la escoliosis varía en función de la causa y de la edad. Los principales tipos son:

¿Cómo tratar correctamente la escoliosis?

El tratamiento de la escoliosis será distinto en función de la presencia o ausencia de dolor o de síntomas. Por un lado, una de las formas adecuadas de revertir esta enfermedad es implantar un tratamiento más conservador, en el que la rehabilitación a través de diferentes ejercicios ayuda a mejorar la postura y favorecer la musculatura. También es beneficioso el uso de collarín o corsé en determinados casos con el fin de frenar la progresión de la escoliosis, sobre todo en los más jóvenes.

Por otro lado, si la enfermedad se encuentra en una fase de desarrollo grave, puede ser conveniente la cirugía para corregir la deformidad y garantizar la estabilidad ósea. No obstante, esta opción no es la habitual, ya que en la mayoría de los casos no es necesaria la intervención quirúrgica. Recuerda siempre consultar con un especialista cualquier duda que tengas con respecto al cuidado de tu espalda.

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