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Los beneficios psicológicos de pintar mandalas

Los mandalas son dibujos que muestran una figura geométrica que se compone por una estructura circular que empieza en un centro definido. Desde este punto inicial, el dibujo se va ampliando a través de patrones que se repiten, imitando a los anillos.

En cuanto al origen de los mandala, estos dibujos nacieron en la India y significa “círculo” o “rueda” en sánscrito. Son figuras que se utilizan para representar el cosmos, como una proyección geométrica de la naturaleza y del universo, principalmente, por el budismo y el hinduismo.

Sin embargo, cada uno puede elegir libremente el diseño y los colores, por eso cada dibujo y percepción puede y es único.

¿Los mandalas sirven como terapia?

Al ser figuras geométricas que se componen de muchos elementos son consideradas patrones. Así, ciertos estudios han observado que crear y dibujar patronas sirven como recurso terapéutico que ayuda a exteriorizar las emociones. Incluso, las que están reprimidas y no son conocidas en el interior de cada uno.

Los mandalas son capaces de ayudar a todo el espectro de la población. Pero, especialmente, en dos sectores específicos.  

En las personas mayores:

En los niños:

En general, la eficacia terapéutica permite recuperar equilibrio, calma interna y sosiego. Todo esto, potencia la concentración y la relajación para una vida en armonía con el exterior.  

Pero, ¿cómo se pinta un mandala?

Para ello, se clasifican dos métodos diferentes de pintar:

  1. Desde fuera hacia dentro: esta técnica muestra que la persona busca estar centrada y en contacto consigo misma.
  2. Desde dentro hacia fuera: lo que se busca con esta técnica es exteriorizar las propias emociones y los sentimientos. Dejarlos salir.
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