En España, cerca del 67,7% de los pacientes que han sufrido un infarto abandona su medicación en el primer año tras el evento. Este hecho aumenta considerablemente el riesgo de sufrir nuevas complicaciones y hasta la muerte. Este dato es uno de los hallazgos más alarmantes de un reciente informe sobre adherencia al tratamiento en enfermedades cardiovasculares, presentado en el marco de la campaña «Corazón Adherente», impulsada por el Grupo OAT y Cardioalianza, con la colaboración de Daiichi Sankyo. La adherencia al tratamiento es un factor clave para reducir el riesgo de eventos cardiovasculares como infartos o ictus. Además, su abandono prematuro multiplica por tres el riesgo de mortalidad.
El papel crucial de la motivación emocional y el apoyo familiar en la adherencia al tratamiento cardiovascular
El informe revela que la falta de seguimiento en el tratamiento se debe a múltiples factores, entre los que se incluyen la escasa motivación emocional, la falta de apoyo familiar y la ausencia de un enfoque personalizado en los cuidados. De hecho, los pacientes consideran que la motivación emocional, especialmente el apoyo de sus seres cercanos, es crucial para mantener la adherencia a las pautas médicas.
Amaia Casteig, directora del Grupo OAT, ha explicado que «la innovación de la campaña ‘Corazón Adherente’ reside en abordar la adherencia desde la transformación personal. No se trata solo de informar, sino de acompañar a los pacientes a lo largo de su proceso de cambio, ayudándoles a enfrentar las barreras emocionales y cognitivas que dificultan su compromiso con el tratamiento».
El informe también destaca que la falta de una relación estrecha y empática entre los pacientes y los profesionales sanitarios contribuye al abandono de la medicación. En muchos casos, los pacientes no cuentan con la suficiente orientación para superar las dificultades emocionales que surgen al enfrentar una enfermedad crónica.
Salud mental, un pilar clave en la adherencia
Las emociones negativas, como el miedo a recaídas o la frustración por no cumplir con las pautas médicas, son barreras comunes entre los pacientes. Sin embargo, aquellos que cuentan con el respaldo emocional de su familia o de otros pacientes en situaciones similares tienen una mayor motivación para continuar con su tratamiento. Según el informe, los pacientes también han expresado la necesidad de contar con un plan de apoyo psicológico. Con ello podrían gestionar la ansiedad y el estrés asociados a su enfermedad. El acompañamiento emocional no solo mejora la adherencia, sino que también contribuye a una mayor calidad de vida.
Tomás Fajardo, presidente de Cardioalianza, ha señalado que «la adherencia terapéutica no es solo un reto médico, sino también humano. Las emociones, la motivación y el entorno social influyen directamente en la capacidad de los pacientes para seguir el tratamiento de manera efectiva». Así, este desafío no solo afecta a los pacientes, sino que también representa una carga para el sistema sanitario. El incumplimiento de la medicación está directamente relacionado con un aumento de las hospitalizaciones y una mayor mortalidad prematura.
El informe presenta una serie de propuestas para mejorar la adherencia. Entre ellas, la necesidad de incorporar sesiones de apoyo psicológico y emocional, y el fomento de una comunicación más efectiva entre profesionales y pacientes. En este sentido, la farmacia comunitaria juega un papel clave. Se trata del primer punto de contacto donde los pacientes pueden resolver dudas y recibir apoyo sobre su tratamiento.
Raquel Coca, directora de Especialidades en Daiichi Sankyo España, ha subrayado que «la adherencia no solo incluye tomar la medicación, sino también adoptar hábitos saludables como una dieta equilibrada y ejercicio. La motivación y la responsabilidad del paciente son esenciales en este proceso». Según el informe, el acompañamiento familiar y el apoyo de la comunidad son fundamentales para que los pacientes mantengan su compromiso con la terapia.
De esta manera, el estudio pone en evidencia la urgente necesidad de cambiar la forma en que se aborda la adherencia en enfermedades cardiovasculares. Para ello, se promueve un enfoque más integral y personalizado que implique tanto a los pacientes como a los profesionales de la salud.