El verano nos regala días de playa, piscina y escapadas al aire libre. Sin embargo, la piel suele ser la gran afectada tras semanas de exposición al sol, al cloro y a la sal del mar. Sequedad, manchas, tirantez o descamación son señales de que nuestra barrera cutánea necesita atención. Por ello, te contamos los cuidados esenciales para recuperar la piel tras el verano y mantenerla saludable.
Hidratación intensiva: la clave de la recuperación
Después de la exposición solar, la piel pierde agua y se deshidrata fácilmente. Para ayudarla:
- Usa cremas o lociones con ácido hialurónico, aloe vera o glicerina, que retienen la humedad.
- Aplícala justo después de la ducha, cuando la piel aún está ligeramente húmeda.
- No olvides el rostro y el cuello, zonas más sensibles al fotoenvejecimiento.
Consejo extra: bebe suficiente agua durante el día para hidratarla también desde dentro.
Limpieza suave para no agredir la piel
El cloro, la sal y los protectores solares pueden dejar residuos. Pero es importante evitar jabones agresivos:
- Opta por limpiadores suaves sin sulfatos.
- Limita los exfoliantes fuertes; si quieres eliminar células muertas, mejor exfoliación suave 1 vez por semana.
Reparar el daño solar con activos antioxidantes
El sol genera radicales libres que aceleran el envejecimiento. Para contrarrestarlos:
- Incorpora en tu rutina vitamina C, niacinamida o resveratrol.
- Usa sérums ligeros antes de tu crema hidratante.
- En la noche, el retinol puede ayudar a renovar la piel (siempre de manera progresiva y con guía dermatológica).
Tratar manchas y uniformar el tono
El exceso de sol favorece la aparición de manchas o pecas más oscuras. Para cuidarlas:
- Busca cosméticos con ácido kójico, arbutina o ácido tranexámico.
- Acude a un dermatólogo si notas manchas nuevas, irregulares o que cambian de forma.
No olvides la fotoprotección… también en otoño
Aunque el verano haya terminado, el sol sigue presente. El fotodaño es acumulativo y no depende solo de los días de playa.
- Usa protector solar facial a diario, incluso en la ciudad.
- Prefiere protectores con SPF 30 o 50 y amplio espectro (UVA/UVB).
En cualquier caso, si notas irritación persistente, descamación intensa o aparición de manchas nuevas, lo mejor es consultar a un especialista en dermatología para un chequeo post-verano.