En la infancia, moverse no es solo jugar: es crecer. El ejercicio físico diario es una de las herramientas más poderosas para favorecer el desarrollo integral de los niños, tanto físico como mental. Sin embargo, con el aumento del tiempo frente a pantallas y los horarios escolares extensos, muchos niños se mueven cada vez menos.
Incorporar la actividad física como parte de la rutina diaria no solo fortalece el cuerpo, sino que también mejora la atención, el aprendizaje y el bienestar emocional.
El ejercicio como motor del crecimiento saludable
El movimiento estimula directamente el crecimiento y la maduración del cuerpo infantil:
- Fortalece huesos y músculos, ayudando a un desarrollo físico equilibrado.
- Mejora la postura y la coordinación motora, lo que previene dolores o problemas musculares a futuro.
- Estimula la secreción de la hormona del crecimiento (GH), esencial para el desarrollo físico.
- Favorece un peso corporal saludable, reduciendo el riesgo de sobrepeso u obesidad.
Los niños activos tienden a tener una mejor densidad ósea y menor riesgo de enfermedades metabólicas en la adolescencia y adultez.
Movimiento y cerebro: un vínculo directo con la concentración
Diversos estudios muestran que el ejercicio tiene un impacto positivo en el rendimiento cognitivo:
- Aumenta el flujo sanguíneo cerebral, mejorando el suministro de oxígeno y nutrientes al cerebro.
- Estimula la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, que mejoran el estado de ánimo y la atención.
- Promueve la neurogénesis (formación de nuevas conexiones neuronales), clave en los procesos de aprendizaje.
- Después de hacer ejercicio, los niños muestran mayor capacidad de concentración y memoria en las tareas escolares.
Ejemplo: Un recreo activo o una caminata antes de estudiar puede ayudar a que los niños estén más atentos y tranquilos en clase.
Beneficios emocionales y sociales del ejercicio
El ejercicio no solo fortalece el cuerpo, sino también la mente y las relaciones:
- Reduce el estrés y la ansiedad, al liberar endorfinas que producen bienestar.
- Mejora la autoestima al permitir que los niños descubran sus capacidades físicas.
- Fomenta valores como la disciplina, la cooperación y el respeto, especialmente a través del deporte en equipo.
- Les enseña a manejar la frustración y celebrar los logros, habilidades esenciales para su vida emocional.
Consejo: Actividades en grupo —como fútbol, baile o natación— combinan movimiento, socialización y diversión.
¿Cuánto ejercicio necesitan los niños?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda:
- Al menos 60 minutos diarios de actividad física moderada o vigorosa.
- Incluir ejercicios que fortalezcan músculos y huesos al menos 3 veces por semana.
- Evitar largos periodos de inactividad, como estar sentado más de dos horas seguidas frente a pantallas.
Ejemplo: caminar al colegio, andar en bicicleta, jugar en el parque o ayudar con tareas domésticas activas



