La recuperación funcional en depresión se ha consolidado como el objetivo primordial del tratamiento de esta enfermedad mental. Más allá de aliviar los síntomas, el verdadero reto es lograr que las personas recuperen su vida personal, social y laboral, minimizando los síntomas residuales y reduciendo el riesgo de recaídas. Esta ha sido una de las principales conclusiones a las que han llegado los especialistas reunidos en la última edición de la Jornada Científica VIVE. La innovación que se siente, organizada por Johnson & Johnson en Sevilla.
Acortar tiempos, mejorar pronósticos
Según los expertos reunidos en este encuentro, retrasar el tratamiento de la depresión puede cronificar la enfermedad y agravar su pronóstico. En opinión del doctor José Manuel Olivares, jefe de Servicio de Psiquiatría del Área Sanitaria de Vigo y director del área de investigación de Neurociencia Traslacional del Instituto de Investigación Sanitaria Sur de Galicia (IISGS) CIBERSAM, “la intervención temprana del paciente con un trastorno depresivo resulta crucial”, ya que “demorar el tratamiento puede perpetuar los cambios neurobiológicos, cronificar el cuadro depresivo y empeorar el pronóstico”.
El especialista alude al gran sufrimiento que lleva aparejado esta enfermedad, como el «enorme dolor psíquico», que hace que «a desesperación se vaya instalando poco a poco en los pacientes y en quienes les rodean»; por ello cree que «la máxima prioridad en estos casos es reducir al mínimo posible tanto el tiempo para hacer un correcto diagnóstico como el del inicio de los tratamientos farmacológicos y psicoterapéuticos indicados en cada paciente».
Todo lo anterior se centra en un importante objetivo: la «normalización de la vida personal, laboral y social del paciente, que le recupere funcionalmente como persona en la comunidad, por ello debemos ser ambiciosos y perseguir dicha recuperación funcional completa, eliminando síntomas residuales», como ha apuntado el doctor Olivares.
Una nueva mirada neurobiológica
Durante décadas, la teoría del desequilibrio de monoaminas ha predominado como explicación del origen de la depresión. Sin embargo, nuevos estudios apuntan a factores más complejos. El doctor Fernando Mora Mínguez, jefe de Sección de Psiquiatría en el Hospital Infanta Leonor de Madrid y profesor asociado de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid, actualiza la información que se tiene al respecto e indica: «actualmente sabemos que el desequilibrio de monoaminas es más una consecuencia que una causa de lo que sucede en el cerebro de una persona con trastorno depresivo. Las evidencias actuales destacan que la alteración en la neuroplasticidad cerebral, la neuroinflamación o las alteraciones estructurales, como la reducción del volumen del hipocampo y los cambios en la corteza prefrontal, son claves en el origen del trastorno depresivo».
Este avance en la comprensión de los mecanismos neurobiológicos abre la puerta a nuevas estrategias terapéuticas que buscan intervenir de forma más eficaz y personalizada.
Innovación terapéutica y tratamientos de última generación
Por fortuna, esta enfermedad cuenta con tratamientos innovadores que están contribuyendo a cambiar la perspectiva en su manejo, especialmente en los casos de depresión resistente al tratamiento. En relación a esta variante, la doctora Marina Díaz-Marsá, jefa de sección de Psiquiatría del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), ha afirmado: “en los últimos años se han desarrollado varias estrategias para mejorar el tratamiento, como las técnicas de neuromodulación, la estimulación cerebral profunda o la terapia magnética transcraneal y, fundamentalmente, la aparición de fármacos con un mecanismo de acción diferente a los antidepresivos convencionales, lo cual representa un avance significativo en el abordaje de la depresión resistente”.
Gracias a esta innovación, cada vez estamos más cerca de poder hablar de integración plena de las personas con trastorno mental en la sociedad.
Guías clínicas: una herramienta fundamental
Sin duda, una de las herramientas fundamentales con las que cuentan los especialistas para maximizar el impacto de los nuevos tratamientos, y con lo que todos están de acuerdo, son las guías clínicas basadas en la evidencia. Estas permiten estandarizar el abordaje del paciente, reducir la variabilidad en la atención y facilitar la toma de decisiones clínicas. Como ha apuntado la doctora Díaz-Marsá, «contar con protocolos actualizados ayuda a evitar errores o demoras que puedan comprometer la evolución del paciente».
Por su parte, para el doctor Olivares, «el uso de guías clínicas basadas en la evidencia y de consensos clínicos facilita que el paciente reciba el tratamiento o los tratamientos que tienen mayor probabilidad de éxito en su caso, evitando errores o retrasos que puedan afectar a su correcta y rápida resolución».
Un enfoque ambicioso y centrado en la persona
En la Jornada VIVE, ha quedado claro que el futuro del tratamiento en salud mental pasa por apostar por la psiquiatría personalizada, integrar la tecnología en la práctica clínica y seguir luchando contra el estigma. En este camino, la recuperación funcional en depresión no es solo una meta médica, sino también un compromiso social.