La Clínica del Sueño Estivill inicia un estudio pionero para evaluar el impacto del tratamiento con QUVIVIQ® (daridorexant) en mujeres con insomnio durante la menopausia, gracias a la beca de investigación otorgada por la Sociedad Española del Sueño (SES) en colaboración con Idorsia.

El 43,3% de los españoles padece algún síntoma relacionado con el insomnio, lo que supone un desgaste en la salud física y mental de quien lo sufre. Uno de los grupos de la población más afectado por los problemas derivados de la falta de sueño son las mujeres que padecen menopausia, ya que la mala calidad del sueño potencia los síntomas menopáusicos de depresión, ansiedad o fatiga. En este sentido y, con el fin de abordar el tratamiento del insomnio durante la menopausia, la Clínica del Sueño Estivill inicia un estudio pionero para evaluar el impacto del tratamiento con daridorexant (el primer fármaco indicado para el insomnio crónico en adultos que no genera dependencia) en mujeres con insomnio durante la menopausia, gracias a la beca de investigación otorgada por la Sociedad Española del Sueño (SES) en colaboración con Idorsia.

Según la Dra. Carla Estivill, responsable de la investigación y directora y responsable de I+D en la Fundación Estivill del Sueño, «durante la menopausia, hasta un 84% de mujeres sufre insomnio, despertares nocturnos y fatiga persistente, por lo que esta investigación pretende proporcionar nueva evidencia científica sobre el insomnio femenino, un trastorno históricamente infrainvestigado pese a su enorme impacto en la salud mental, metabólica y cardiovascular”.

La falta de sueño potencia los síntomas de la menopausia

La privación del sueño influye negativamente en el desarrollo de algunos síntomas asociados a la menopausia como la irritabilidad, la sensación de agotamiento, la depresión o la ansiedad. Además, entre el 30% y el 50% de las mujeres que presentan problemas de sueño durante la menopausia pueden desarrollar insomnio crónico si no reciben un tratamiento adecuado. Entre los principales síntomas derivados de la menopausia que más perjudican a nuestra calidad del sueño se encuentran los sofocos, que son extremadamente frecuentes y afectan hasta al 85% de las mujeres menopáusicas, causando despertares repetidos durante la noche.

Además, el exceso de cortisol derivado de la menopausia produce síntomas de ansiedad, que se relacionan directamente con problemas para conciliar el sueño. Estas señales que padecen entre el 50% y el 65% de las mujeres con menopausia generan una disrupción de los ritmos biológicos, tanto de la temperatura, el cortisol, la melatonina y la serotonina, lo que provoca una falta de coordinación de todos los factores involucrados en el ciclo sueño-vigilia.

Asimismo, la salud cardiovascular también se ve afectada por los problemas derivados de la falta de sueño, especialmente durante la menopausia. En palabras de la Dra. Estivill, “alrededor del 40% de las mujeres con menopausia tienen un riesgo cardiovascular alto. Tanto el insomnio como otros trastornos de sueño agravan la falta de regulación hormonal y metabólica, o influyen en el aumento de colesterol que se produce con la disminución de estrógenos. Todos ellos son factores de riesgo cardiovascular que pueden disminuir si las mujeres que presentan insomnio durante la menopausia acceden a un tratamiento adecuado”.