El cáncer de próstata sigue siendo uno de los tumores más frecuentes entre los hombres, especialmente en sus formas avanzadas. Una de las variantes más agresivas es el cáncer de próstata hormonosensible metastásico (CPHSm), que se produce cuando el cáncer ya se ha extendido a otras partes del cuerpo, pero aún responde a tratamientos hormonales.
Ahora, un nuevo avance presentado por Johnson & Johnson en la Reunión Anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) 2025 aporta una opción terapéutica prometedora para aquellos pacientes que presentan mutaciones específicas en los genes relacionados con la reparación del ADN, especialmente BRCA.
¿En qué consiste este nuevo tratamiento?
El nuevo fármaco, comercializado bajo el nombre AKEEGA®, combina dos principios activos en un solo comprimido oral: niraparib, un inhibidor de PARP, y acetato de abiraterona, un fármaco que bloquea la producción de andrógenos. Esta combinación se administra junto con prednisona, y está diseñada específicamente para actuar sobre pacientes con CPHSm que presentan alteraciones en los genes HRR (reparación por recombinación homóloga).
Según los datos del estudio clínico fase 3 AMPLITUDE, esta terapia logró retrasar significativamente la progresión del cáncer y posponer el empeoramiento de los síntomas en comparación con el tratamiento estándar. Además, mostró una clara tendencia a mejorar la supervivencia global.
Resultados clave del estudio AMPLITUDE
En el estudio participaron casi 700 pacientes, y los beneficios fueron especialmente evidentes en aquellos con mutaciones en BRCA. Entre los principales resultados destacan:
- Reducción del 48% en el riesgo de progresión o muerte en pacientes con mutación en BRCA.
- Reducción del 56% en la progresión sintomática (como necesidad de tratamiento adicional, dolor o intervención quirúrgica).
- Una tendencia positiva en la supervivencia, con menor riesgo de fallecimiento, aunque aún se necesita más tiempo para confirmarlo.
Estos datos convierten a esta combinación en la primera basada en un inhibidor de PARP que demuestra eficacia en pacientes con CPHSm en un ensayo de fase 3.
“El estudio AMPLITUDE refuerza el valor de un enfoque basado en biomarcadores y el potencial de este novedoso régimen de combinación para transformar el paradigma de tratamiento del cáncer de próstata”, ha señalado la Dra. Henar Hevia, directora para Europa, Oriente Medio y África del área terapéutica de Oncología de Johnson & Johnson Innovative Medicine. “Al identificar a los pacientes con mayor probabilidad de beneficiarse de la terapia dirigida en las primeras etapas de su tratamiento, tenemos la oportunidad de mejorar los resultados clínicos y la calidad de vida, además de retrasar la progresión hacia etapas más avanzadas”, ha añadido.
¿Por qué es tan relevante este avance?
Se estima que uno de cada cuatro pacientes con CPHSm presenta alteraciones en los genes HRR, y cerca de la mitad de ellos tienen mutaciones en BRCA. Estas personas suelen enfrentarse a una enfermedad más agresiva y a una progresión más rápida. Contar con un tratamiento dirigido a estas mutaciones marca una diferencia real, ya que permite adaptar la terapia según el perfil genético del paciente.
Además, este tratamiento abre la puerta a estrategias más personalizadas, donde la realización de pruebas genéticas se vuelve fundamental para elegir el enfoque terapéutico más eficaz desde el inicio.
Un paso más hacia la medicina de precisión
Este avance representa un nuevo paso en el camino hacia una oncología más personalizada y eficaz, en la que cada paciente recibe el tratamiento más adecuado según sus características genéticas. Al mismo tiempo, se refuerza la idea de que la genética puede guiar decisiones clave para mejorar la calidad de vida y retrasar la evolución de enfermedades tan complejas como el cáncer de próstata avanzado.