Cuando hablamos de alimentos integrales solemos hacer referencia a cereales como el maíz, arroz, quínoa, avena, trigo… Estos cereales se pueden considerar integrales cuando han sido producidos a partir del grano de cereal entero, es decir, se han conservado las tres partes de su grano (germen, endosperma y salvado). Los alimentos refinados, por el contrario, no conservan todas sus partes en el proceso de elaboración.

¿Por qué debemos incorporar los alimentos integrales a nuestra dieta?

Existen multitud de razones por las que debemos incluir este tipo de alimentos en nuestra alimentación. Estas son algunas de ellas:

1. Alto contenido en fibra

Reduce el riesgo de sufrir cáncer de colon, fortalece la microbiota, que son el conjunto de bacterias que habitan en nuestro intestino y que participan en la digestión de alimentos, mejorando el tránsito intestinal.

Pero la ingesta de fibra debe ser tratada con moderación ya que un consumo superior a 50g diarios interfiere en las capacidades de nuestro organismo para absorber el hierro, el calcio o el magnesio.

2. Aumentan la saciedad

Los alimentos integrales absorben y arrastran agua debido a su alto contenido en fibra. Esto hace que nos sintamos más saciados durante más tiempo, pudiendo favorecer la pérdida de peso.

3. Reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares

Disminuye la absorción de grasas y colesterol en sangre debido al aporte de fibra que dificulta la asimilación de estas sustancia. Esto puede ser un factor clave de protección frente a enfermedades cardiovasculares.

Además la presencia de vitamina E en los alimentos integrales, que es antioxidante, ayuda al correcto funcionamiento de los vasos sanguíneos.

4. Ayudan a combatir el estreñimiento

Ayuda al tránsito intestinal debido al alto contenido en fibra, que absorbe el agua y que hace que las heces sean más blandas, aumentando el bolo fecal y regulando el número de deposiciones.

5. Retrasan los primeros signos de la edad

Esto se debe a la gran cantidad de antioxidantes que presentan, que ayudan a frenar la aparición de arrugas o flacidez.

6. Fortalecen el sistema inmunitario

Como prebióticos son esenciales, ayudan al buen desarrollo y crecimiento de la microbiota intestinal, que  tiene un papel fundamental como barrera de defensa, evitando la entrada de patógenos y produciendo nutrientes como vitaminas y ácidos grasos esenciales.

7. Aportan la misma energía que los alimentos refinados

Los alimentos integrales poseen las mismas calorías y aporte de energía que los alimentos refinados, sin embargo gracias al efecto saciante que provocan los integrales, ayuda a reducir la ingesta de alimentos.

8. Ayudan a controlar la diabetes

La fibra evita las grandes oscilaciones de azúcar en sangre, lo que contribuye a controlar la diabetes mellitus, especialmente la de tipo 2.

Según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), tomar 45 g diarios de alimentos elaborados con harinas integrales contribuye a reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y previene el cáncer de colon.

Solemos asociar los alimentos integrales a productos adelgazantes, pero la realidad es que no contienen menos calorías que los refinados. Pero, son una alternativa más completa y saludable.

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