La bartolinitis es una infección que afecta a las glándulas de bartolino. Estas se sitúan en la parte inferior de los labios mayores de la vagina. A partir de ellas, sale un conducto que desemboca en el interior, siendo estas glándulas las que se encargan de la lubricación y con las que se facilitan las relaciones sexuales.

¿Qué ocurre cuando se detecta la infección? Para tener un conocimiento más preciso sobre los síntomas, causas y el tratamiento, se realizan a continuación las explicaciones oportunas para conocer más sobre las características de la bartolinitis.

Causas más frecuentes de la bartolinitis

La obstrucción de la salida de una de las glándulas de Bartolino puede desembocar en una infección bacteriana.

Esto llega a afectar a la entrada de la vagina y, por consiguiente, el desarrollo de una sintomatología que va a percibirse, fundamentalmente, a través de una inflamación considerable. No se puede considerar una enfermedad de transmisión sexual, por lo que las causas que ocasionan el problema tienen lugar en otros factores externos.

Síntomas de la bartolinitis: ¿cómo identificarlos a tiempo?

¿Cómo saber si tengo bartolinitis? El bulto en la vulva es el primer síntoma que se percibe cuando se padece bartolinitis. Normalmente, no se asocia a un enrojecimiento, pero sí que se siente un dolor intenso en la zona donde se encuentra el bulto; es decir, una ligera inflamación a modo de quiste que a simple vista se percibe y que puede llegar a generar ciertas molestias. Evidentemente, va a requerir un tratamiento.

La infección también se manifiesta a través de la expulsión de un moco de color blanquecido que, en realidad, puede contener también algo de pus. Esto significa que, además del dolor, existe un problema a mayores donde la lubricación cambia hacia otra tonalidad y siendo más espesa.

Se puede notar cierto escozor o picor, pero sobre todo molestias y en pocas ocasiones se llega a percibir fiebre. Sí que es cierto que esto no suele ser habitual, pero cabe la posibilidad de que, al ser una infección, haya sintomatología que se nota de forma generalizada.

Tratamiento para la bartolinitis

  • En primer lugar, es preciso mantener una buena higiene. Para ello, nada mejor como utilizar jabón especial para la vagina que no tenga alcohol y no irrite, de tal manera que se va a proporcionar un cuidado de la piel interesate y se evitan otros perjuicios sobre la infección.
  • El quiste no necesita un tratamiento directo. Si adquiere grandes dimensiones, se puede drenar la glándula o, incluso, se puede llegar a quitar. No obstante, este paso se suele dar cuando la sintomatología es continuada o se da en numerosas ocasiones, algo que puede dejar secuelas posteriores, pero también es cierto que una intervención quirúrgica supone un resultado efectivo.
  • El antibiótico es otro gran aliado. Para acabar con la infección, es preciso recurrir a él para acabar con las bacterias y que pueda drenar la glándula y también el pus. A partir de ahí, se llega a desarrollar la llamada marsupialización de la glándula. Aun así, es preciso que se hagan lavados sobre ella para que se pueda desinfectar y mantener en buen estado.

Para llevar a cabo un tratamiento eficaz, lo más importante es acudir al médico especialista o al ginecólogo para que se haga un diagnóstico y se encuentren las soluciones oportunas.

El tratamiento requiere un seguimiento continuado y comprobar que, a largo plazo, no se vuelve a repetir la infección, ya que se puede convertir en una de las dolencias que pueden aparecer en más ocasiones. Por esta razón, una buena prevención significa adelantarse al desarrollo de la propia bartolinitis.

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