La bronquiolitis es una infección aguda que se produce en la zona de los bronquiolos (pertenecientes a las vías respiratorias inferiores). Este tipo de infección tiene como origen un virus, principalmente el virus respiratorio sincitial (VRS). Sin embargo, la bronquiolitis también está relacionada con otros virus como son el rinovirus o el bocavirus. La bronquiolitis afecta, principalmente, a menores de dos años; de hecho, en este grupo poblacional, dos de cada diez hospitalizaciones se deben a la bronquiolitis. 

A menudo, se confunde la bronquiolitis con la bronquitis. Las principales diferencias son que la bronquiolitis se produce en los bronquiolos; mientras que la bronquitis, en los bronquios. Otra de las diferencias es la sintomatología, por ejemplo, las sibilancias, más características de la bronquiolitis. Por otra parte, la bronquitis se puede producir en cualquier edad, y la bronquiolitis es más habitual menores de dos años.

Síntomas de la bronquiolitis

La bronquiolitis se caracteriza por la acumulación de líquido en los pulmones, hecho que recibe el nombre de edema. Los síntomas relacionados con esta infección varían según la fase en la que se encuentra. Durante los primeros días, es habitual experimentar cierta sensación similar a la de un refriado. En esta fase, es habitual el catarro, la congestión o la tos.

A medida que la infección evoluciona, la sintomatología empeora. Se experimentan otros síntomas como:

  • Complicación de la tos.
  • Disnea o sensación de ahogo.
  • Silibancias o ruidos de silbidos o pitos al respirar.
  • Pérdida de apetito.
  • Cansancio.

En caso de sospecha de bronquiolitis, se recomienda acudir al médico de referencia para que aplique el tratamiento adecuado. Por lo general, la mayoría de los casos son leves. Sin embargo, en otros, existen una serie de condicionantes que podrían empeorar el cuadro clínico como:

  • Recién nacidos con un tiempo menor de 3 meses de edad.
  • Bebés prematuros.
  • Inmunodepresión.
  • Presencia de otras patologías, o bien respiratorias, o cardíacas.

Cómo evitar la bronquiolitis

Una de las principales características de los virus relacionados con la bronquiolitis es que se transmiten con facilidad. Este hecho, unido a que los bebés todavía no tienen un sistema inmune desarrollado, explica la alta prevalencia en los primeros años de vida.

 Existen dos principales vías de transmisión del virus:

  • Aire. Cuando una persona infectada habla, tose o estornuda emite unas gotas que permanecen en el aire. En caso de situarse lo suficientemente cerca, es posible que el virus, presente en estas gotas, pueda transmitirse a otras personas.
  • Contacto con superficies. En este caso, es necesario tocar cualquier superficie en la que esté presente el virus y, posteriormente, tocarse los ojos, la nariz o la boca con las manos.

En la bronquiolitis, la prevención es clave. Las indicaciones, en este sentido, son similares a las medidas de prevención en la COVID-19. Para evitar el contagio, las principales recomendaciones son:

  1. Al toser o estornudar, hacerlo situándose el codo o un pañuelo delante de la boca y nariz.
  2. Lavarse las manos correctamente y con frecuencia. En este sentido, la OMS ha elaborado una serie de infografías que fomentan el conocimiento adecuado de la higiene de manos.
  3. Limpiar y desinfectar adecuadamente cualquier superficie, especialmente aquellas que hayan podido estar en contacto con una persona infectada.
  4. Evitar el contacto con personas que presenten bronquiolitis.
  5. Ventilar el hogar todos los días.
  6. Optar preferiblemente, cuando sea posible, por la lactancia materna ya que ayuda a prevenir la bronquiolitis.
  7. Evitar la exposición al tabaco, sobre todo, en sitios cerrados.
  8. A no ser que sea estrictamente necesario, reducir la asistencia a lugares con mucha gente o con alto riesgo de haber personas con bronquiolitis.
  9. Lavar con frecuencia prendas o juguetes.

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