El glaucoma es una enfermedad ocular que afecta al nervio óptico y, si no se trata a tiempo, puede provocar pérdida de visión permanente. Es una de las principales causas de ceguera en todo el mundo, especialmente en personas mayores de 60 años. A continuación, exploraremos los diferentes tipos, sus síntomas y los tratamientos disponibles para controlar esta afección.

Tipos de Glaucoma

Existen varios tipos de glaucoma, cada uno con características particulares. Es esencial conocer las diferencias para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.

1. Glaucoma de ángulo abierto:
Este es el tipo más común de glaucoma, representando aproximadamente el 90% de los casos. Se produce cuando el drenaje del líquido ocular (humor acuoso) a través del ángulo de drenaje se ve obstaculizado, lo que provoca un aumento gradual de la presión ocular. A menudo, este tipo no presenta síntomas evidentes en sus primeras etapas, lo que lo convierte en un enemigo silencioso. La pérdida de visión es lenta y progresiva, comenzando por la visión periférica.

2. Glaucoma de ángulo cerrado:
Este tipo es menos común, pero mucho más grave. En el glaucoma de ángulo cerrado, el ángulo entre el iris y la córnea es demasiado estrecho, lo que puede bloquear de manera repentina el drenaje del líquido ocular, provocando un aumento brusco de la presión intraocular. Este es un caso de emergencia médica, ya que puede causar daño irreversible al nervio óptico en cuestión de horas si no se trata.

3. Glaucoma congénito:
Este tipo es raro y se presenta en bebés y niños pequeños. Suele deberse a una anormalidad congénita que afecta el sistema de drenaje del ojo, lo que provoca un aumento de la presión ocular desde una edad temprana. Los síntomas en los bebés incluyen ojos grandes, lagrimeo excesivo y sensibilidad a la luz.

4. Glaucoma secundario:
El glaucoma secundario puede ser el resultado de otras condiciones médicas, como uveítis (inflamación ocular), diabetes, trauma ocular o el uso prolongado de medicamentos esteroides. Es crucial tratar la causa subyacente para controlar este tipo de glaucoma.

Síntomas

El glaucoma es conocido como el «ladrón silencioso de la visión» porque, en la mayoría de los casos, no presenta síntomas tempranos, especialmente en el glaucoma de ángulo abierto. Sin embargo, conforme la enfermedad avanza, los pacientes pueden experimentar:

  • Pérdida de visión periférica: Es uno de los primeros signos de advertencia. Las personas pueden notar que su visión lateral comienza a disminuir, pero la visión central permanece intacta en las etapas iniciales.
  • Dolor ocular y de cabeza: En casos de glaucoma de ángulo cerrado, es posible experimentar dolor intenso en el ojo, acompañado de náuseas y vómitos.
  • Visión borrosa o halos alrededor de las luces: Estos síntomas suelen presentarse en las etapas avanzadas del glaucoma de ángulo cerrado o durante una crisis aguda.
  • Ojos rojos o inflamación: También es un síntoma común en el glaucoma de ángulo cerrado o secundario.

Es esencial realizar exámenes oculares regulares, especialmente si tienes factores de riesgo como antecedentes familiares de glaucoma, edad avanzada, o enfermedades crónicas como la diabetes.

Tratamientos

El tratamiento del glaucoma está enfocado en reducir la presión ocular para prevenir o retardar el daño al nervio óptico. Afortunadamente, existen varias opciones disponibles.

1. Medicamentos:
Los colirios oculares son la primera línea de defensa en la mayoría de los casos. Estos medicamentos ayudan a reducir la presión intraocular al disminuir la producción de líquido en el ojo o mejorar su drenaje. Es importante seguir el tratamiento de forma rigurosa para evitar el progreso de la enfermedad.

2. Terapia láser:
En casos de glaucoma de ángulo abierto o de ángulo cerrado, el láser puede ser una opción eficaz. La trabeculoplastia láser se usa para abrir el sistema de drenaje del ojo en pacientes con glaucoma de ángulo abierto, mientras que en el de ángulo cerrado, la iridotomía láser puede crear una pequeña apertura en el iris para mejorar el flujo de líquido.

3. Cirugía:
Cuando los medicamentos y el láser no son suficientes, la cirugía puede ser necesaria. La trabeculectomía es un procedimiento común que crea un nuevo canal de drenaje para aliviar la presión ocular. También existen implantes de drenaje que pueden ayudar a mantener el flujo adecuado de líquido.

El glaucoma es una enfermedad ocular seria que requiere diagnóstico y tratamiento temprano para evitar complicaciones irreversibles, como la ceguera. Conocer los tipos, síntomas y opciones de tratamiento es fundamental para su manejo. Recuerda realizarte revisiones oculares periódicas, especialmente si tienes factores de riesgo, y sigue las indicaciones de tu oftalmólogo para mantener una buena salud visual.