El Congreso Anual de la Sociedad Americana de Hematología (ASH) 2024, celebrado recientemente en San Diego (Estados Unidos) ha sido el escenario en el que Johnson & Johnson ha presentado datos innovadores sobre el uso de DARZALEX® (daratumumab). Y es que en su formulación subcutánea, ha demostrado avances significativos en el tratamiento del mieloma múltiple de nuevo diagnóstico, así como de la amiloidosis de cadenas ligeras.

Estos nuevos resultados han demostrado, asimismo, mejoras en la tasa de enfermedad mínima residual negativa, en la supervivencia libre de progresión y en la supervivencia global, incluso en pacientes con peor pronóstico, todo lo cual aporta nueva luz en el abordaje de una enfermedad que, hoy por hoy, sigue siendo incurable.

Fracturas, dolor óseo, recuento bajo de glóbulos rojos, cansancio, niveles altos de calcio o infecciones son algunos de los síntomas que nos pueden poner sobre la pista de este tipo de cáncer, del cual se diagnosticaron más de 35.000 personas en el año 2022.

Para llegar a este conocimiento de la enfermedad, los especialistas se han servido de varios estudios que están contribuyendo, en último término, a mejorar la vida de los pacientes.

Estudio CEPHEUS: mejora de la enfermedad mínima residual negativa y la supervivencia libre de progresión

Los resultados presentados en San diego relativos al estudio fase 3 CEPHEUS, que evaluó la combinación de daratumumab subcutáneo con bortezomib, lenalidomida y dexametasona (D-VRd) en pacientes con mieloma múltiple de nuevo diagnóstico, mostraron tasas significativamente más altas de enfermedad mínima residual negativa, en comparación con el tratamiento estándar VRd. Además, el 85% de los pacientes que lograron enfermedad mínima residual negativa se mantuvieron libres de progresión durante 4,5 años.

Este trabajo también destacó que D-VRd mejoró significativamente la supervivencia libre de progresión de la enfermedad, todo lo cual subraya el impacto potencial de D-VRd en pacientes no candidatos a trasplante o aquellos que no lo consideran como tratamiento inicial.

Estudio AURIGA: beneficios en subgrupos de peor pronóstico

Un segundo estudio, denominado fase 3 AURIGA, evaluó el mantenimiento con daratumumab subcutáneo combinado con lenalidomida (D-R) en pacientes con mieloma múltiple después de trasplante autólogo de progenitores hematopoyéticos. Y los resultados mostraron mayores tasas de conversión a enfermedad mínima residual negativa en todos los subgrupos de pacientes analizados. Por ejemplo, en pacientes mayores de 65 años, dichas tasas fueron del 52,6% con D-R frente al 17,5% con lenalidomida sola.

El tratamiento con D-R también benefició a pacientes de raza negra, con una conversión a enfermedad mínima residual negativa del 60% frente al 16,7% con lenalidomida sola, y a pacientes con enfermedad avanzada (65,2% frente al 13,0%). Estos resultados destacan la capacidad de este régimen para ofrecer mejores resultados en poblaciones históricamente menos favorecidas.

Estudio ANDROMEDA: impacto en la supervivencia global en amiloidosis

Por último, el análisis final del estudio fase 3 ANDROMEDA mostró que la adición de daratumumab subcutáneo a bortezomib, ciclofosfamida y dexametasona (D-VCd) en pacientes con amiloidosis de cadenas ligeras de nuevo diagnóstico, mejoró significativamente la supervivencia global y la supervivencia libre de progresión por deterioro de órganos importantes.

Asimismo, los pacientes tratados con D-VCd tuvieron una reducción del 56% en el riesgo de progresión hematológica, enfermedad terminal o muerte, y un 38% menos de riesgo de mortalidad general.

Además, la tasa de supervivencia a cinco años fue del 76,1% para D-VCd frente al 64,7% para el tratamiento estándar. Estos datos refuerzan el beneficio de este régimen en una enfermedad asociada a un deterioro significativo de órganos vitales.

En palabras del doctor Edmond Chan, director para Europa, Oriente Medio y África del área terapéutica de Hematología de Johnson & Johnson Innovative Medicine, «los datos de CEPHEUS y AURIGA refuerzan el papel de los regímenes basados en este fármaco como tratamiento de primera línea, incluido el tratamiento de mantenimiento para el mieloma múltiple de nuevo diagnóstico en pacientes candidatos a trasplante». Y añade: «con ANDROMEDA, ampliamos el volumen de evidencia procedentes de estudios de fase 3 que muestran el beneficio sobre la supervivencia global de los regímenes basados en este tratamiento para personas con trastornos hematológicos difíciles de tratar».

Es evidente, por tanto, que los datos presentados en ASH 2024 confirman el potencial de los regímenes basados en DARZALEX® subcutáneo para mejorar los resultados clínicos en pacientes con mieloma múltiple y amiloidosis de cadenas ligeras. Estos avances ofrecen nuevas esperanzas, particularmente para subgrupos con características de peor pronóstico, ampliando las posibilidades de tratamientos eficaces y accesibles, en un nuevo horizonte para los pacientes.