Los trastornos de adaptación se definen como una reacción emocional o comportamiento ante factores importantes de la vida, que causan estrés y  afectan a la capacidad para desenvolverse.

Tipos de trastornos de adaptación

Este trastorno, en términos generales, provoca un malestar intenso en la persona, que suele ser desproporcionado respecto a la gravedad o intensidad de la situación estresante.

Según el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) hay seis tipos diferentes de trastornos de adaptación. Aunque todos están relacionados, cada tipo tiene signos y síntomas específicos. Los trastornos de adaptación pueden ser los siguientes:

  • Con estado de ánimo depresivo. Los síntomas comprenden, principalmente, llanto y sensaciones de tristeza y desesperanza.
  • Con ansiedad. Los síntomas comprenden, principalmente, nerviosismo, preocupación, sensación de agobio y dificultad para concentrarte o recordar cosas.
  • Con una mezcla de ansiedad y estado de ánimo depresivo. Los síntomas comprenden una mezcla de depresión y ansiedad.
  • Con alteración de la conducta. Los síntomas comprenden, principalmente, problemas conductuales, como peleas y confrontaciones.
  • Con una mezcla de alteración de las emociones y de la conducta. Los síntomas comprenden una mezcla de depresión y ansiedad, así como problemas conductuales.
  • Sin especificar. Los síntomas no corresponden a los demás tipos de trastornos de adaptación, pero a menudo comprenden problemas físicos, problemas con la familia o amigos, o problemas en el trabajo o la escuela.

¿Cuáles son las consecuencias?

  • Malestar intenso, que afecta de manera directa a la calidad de vida de la persona.
  • Detrimento de las capacidades en el área laboral o estudiantil.
  • Falta de concentración y poco rendimiento.
  • Conflictos y problemas en las relaciones interpersonales.
  • Irritabilidad y aislamiento.

¿Cómo podemos ayudar a una persona con trastorno de adaptación?

Algunas de las claves para ayudar a una persona con trastorno de adaptación, pueden ser:

  • Proporcionarle apoyo emocional
  • Ayudarle en su día a día, conservar su rutina y hábitos
  • Escuchar y comprender por qué ciertos acontecimientos le han provocado esa situación de estrés.
  • Ayudarle a enfrentar y controlar esas situaciones que no sabe gestionar.
  • No menos preciar sus problemas.

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