Empatía es una palabra que escuchamos a menudo y que se ha hecho habitual en nuestro día a día como algo deseable y positivo. Pero, ¿cómo ser empático? La empatía se define como la capacidad de ponernos en el lugar de la otra persona, de lo que piensa o siente. Una manera sana de relacionarnos con los demás y mantener relaciones sociales realmente gratas y constructivas.

Una habilidad social muy valorada por su gran relevancia en todas las relaciones sociales. Una destreza que puede aprenderse, siendo posible llegar a ser una persona más empática con seguir unos consejos.

Características de la empatía

La empatía se caracteriza también por una serie de peculiaridades. Puedes calificarte como una persona empática sí:

  • Sabes escuchar
  • Procuras comprendes al otro y no juzgas
  • Logras identificarte con la otra persona
  • Eres una persona solidaria
  • Muestras un profundo y sincero respeto por los demás

¿Cuáles son los rasgos de las personas empáticas?

Además de estas características básicas existen otros rasgos que definen a una persona empática son:

  • Las personas empáticas son capaces de absorber las emociones de las otras personas, siendo capaces de contagiarse fácilmente tanto de los sentimientos positivos como negativos.
  • Suelen ser personas más sensibles y atentas, siendo capaces de comunicarse con los demás con facilidad.
  • Son personas intuitivas e introvertidas.
  • Necesitan pasar tiempo en soledad para hallar el equilibrio emocional.
  • Tienden a protegerse o ponerse una coraza para no sufrir en sus relaciones sentimentales.
  • Son personas que disfrutan mucho cuando desconectan y están en plena naturaleza.
  • Tienen que escapar de aquellas personas con tendencia a descargar su negatividad, los denominados vampiros emocionales. Una persona empática se convierte en víctima de este tipo de personas tóxicas si dejan que ellas vuelquen su negatividad en ellos.
  • Suelen sentirse superados cuando se encuentran en un ambiente tenso o agobiante.
  • Se implican al máximo en los problemas de los demás, llegando incluso a obsesionarse con el dolor ajeno y sentir una enorme frustración si no consiguen ayudar.

¿Cómo tener más empatía? 6 consejos para conseguirlo

Como puedes comprobar, ser una persona empática tiene su lado bueno y otro no tan positivo ya que puede ser doloroso si se llega a extremos. Pero si aprendemos a manejar la empatía, esta puede ser una excelente herramienta para desarrollar nuestra inteligencia emocional y que sea una virtud y no un lastre. Entre las claves para conseguir ser una persona empática y sobrevivir en el intento se destacan los siguientes consejos:

  1. La escucha siempre ha de ser activa, siendo conscientes tanto de lo que la otra persona dice como de lo que calla o expresa con sus gestos y actitudes. La persona ha de sentir que la escuchamos atentamente.
  2. No hay que prejuzgar ni juzgar a la persona, demostrándoles que entendemos cómo se sienten y el porqué de sus sentimientos.
  3. La empatía no tiene que llevarnos a pensar exactamente lo mismo que la otra persona, podemos entender y compartir algunas premisas, pero no dar la razón o justificar todo.
  4. Antes de ofrecer una ayuda o una opinión es básico saber si eso es precisamente lo que la otra persona quiere o necesita. Que una persona se sincere o no cuente sus problemas no quiere decir que busque una solución, quizás solo desea desahogarse y sea suficiente para sentirse mejor.
  5. No es bueno implicarse al máximo o pecar por exceso al ser empáticos. Una situación así nos convierte en vulnerables e influenciables, dejándonos arrastrar. Esto puede ser agotador y puede hacer que nos abandonemos, relegando nuestro bienestar a un segundo plano.
  6. Hay que tener en cuenta que no todos los días somos capaces de dar lo mejor de nosotros mismos y es mejor ayudar o escuchar a los demás cuando estemos en condiciones de hacerlo.

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