¿Qué es?
La artritis es la inflamación de los huesos y las articulaciones. Cuando se sufre de esta enfermedad, algunos de los síntomas son la inflamación, el dolor o la dificultad para mover alguna articulación.
Puede afectar a gente de todas las edades (no sólo a la gente mayor como se tiende a pensar) ya que se provoca por el desgaste, golpe o lesión en articulaciones y huesos.
Tipos de Artritis
Los dos tipos más comunes son la artritis reumatoide y la osteoartritis.
Artritis Reumatoide
La artritis reumatoide tiene causa desconocida, es una enfermedad autoinmune y puede afectar a otros órganos y tejidos sanos a parte de a los huesos o las articulaciones. Este se suele generar más en personas jóvenes. Es importante detectarla a tiempo para evitar que se expanda a tejidos y órganos sanos.
Osteoartritis
Por otro lado, la osteoartritis está más relacionada con gente mayor, ya que es una enfermedad degenerativa. Esta sólo afecta a las articulaciones como las muñecas, rodillas, tobillos, manos y la parte inferior de la espalda. Esto ocurre ya que el cartílago que recubre los huesos se desgasta y causa dolor al rozar unos huesos con otros.
Además de estos dos tipos, que son los que a más población afectan y los más importantes, hay otros tipos de artritis como la gota, la artritis reactiva o la artritis séptica.
Sintomatología
Algunos de los síntomas generales de la artritis son la inflamación y el dolor en los huesos o articulaciones, la limitación del movimiento articular, sensibilidad y calor en las zonas afectadas e incluso la deformación de las articulaciones cuando están en un estado muy avanzado.
Es importante conocer también los síntomas de la artritis reumatoide, ya que al ser una enfermedad autoinmune es crucial detectarla a tiempo para poder dar un tratamiento adecuado y evitar que la enfermedad pase a tejidos y órganos sanos. Algunos de los síntomas pueden ser la fiebre leve, la fatiga extrema y la falta de energía, debilidad y malestar general y la pérdida del apetito y de peso.
Los síntomas de la artritis suelen aparecer de forma escalonada, pero también puede haber casos donde se presenten de forma abrupta. También es posible que se sufran brotes donde la enfermedad sea más dura y periodos de tiempo donde mejore.
Diagnóstico y tratamiento
Para diagnosticar la artritis y el tipo del que se sufre, nos pueden someter a distintas pruebas, como evaluaciones médicas y exploraciones, radiografías, ecografías y resonancias magnéticas. También se pueden hacer pruebas de análisis de sangre o del líquido sinovial en algunos casos.
Podemos tratarnos contra esta enfermedad con medicamentos antirreumáticos o corticoesteroides (también antiinflamatorios no esteroides). Es importante no olvidar la fisioterapia y el ejercicio para no perder la movilidad y estimular el movimiento y la flexibilidad de los huesos y articulaciones afectados. En casos muy avanzados, se puede hacer uso de la cirugía para reparar tendones o incluso reemplazar articulaciones dañadas.
La artritis es una enfermedad crónica que impacta significativamente la calidad de vida de quienes la padecen. Su diagnóstico temprano y preciso es esencial para poder implementar tratamientos eficaces que ayuden a controlar los síntomas y prevenir el daño irreversible. A pesar de que no hay cura para la artritis, los avances en la medicina permiten manejar los diferentes tipos de esta enfermedad. Debemos eliminar el estigma que asocia a la artritis sólo con personas mayores, ya que puede afectar a personas de cualquier edad.