Después del parto, las mujeres pueden sentir una serie de emociones muy intensas de manera muy repentina. Se abre un gran abanico de sentimientos que pueden ir de un extremo a otro. Todos estos cambios emocionales pueden durar días, pero hay casos en los que su manejo se vuelve mucho más difícil para la madre, y se puede desarrollar tristeza posparto, y de forma más grave, depresión postparto. 

La depresión posparto se da después del nacimiento del bebé y es importante tratarla con delicadeza y sin temor. Es posible que la madre sufra vergüenza o miedo al contarlo, pero no es síntoma de debilidad, sino que se trata de una complicación del embarazo a raíz del parto que hay que tratar. 

Características de la depresión posparto

Los síntomas de una depresión posparto suelen aparecer después de dar a luz, generalmente en el primer año de vida del bebé, pero en algunos casos pueden empezar durante el embarazo. 

Hay que estar alerta cuando las emociones negativas como la tristeza, el miedo, la ansiedad o la vergüenza duran más de dos semanas después del nacimiento. Es normal que durante los primeros días o semanas las emociones sean mucho más difíciles de manejar para la madre y que sean más fuertes y profundas, pero si perduran sobre todo las emociones negativas, es un síntoma muy claro de que se puede estar desarrollando esta depresión

Este trastorno afecta a alrededor de un 10% de las mujeres en España, y es importante saber diferenciarla de la tristeza posparto, que es más leve y tiene una duración menor. Esta se debe a la mezcla de agotamiento, hormonas y emociones que están a flor de piel. Es cuando la tristeza persiste que la depresión posparto aflora. 

¿Cómo detectar una depresión posparto a tiempo?

Y lo más importante: ¿cómo detectar la depresión posparto? Si esos sentimientos de tristeza y miedo perduran, ya es un indicio de padecerla y se debería buscar ayuda de un profesional, tanto de la salud mental como de tu matrona o ginecólogo.

Aún así, hay otros síntomas que pueden ayudar a  detectarla. Síntomas emocionales son algunos como la tristeza extrema o los cambios de humor graves, el sentimiento de culpa o de sentirse inútil, la dificultad para concentrarse o los ataques de pánico y de ansiedad. 

Cambios en el comportamiento como el insomnio, la pérdida de apetito, la fatiga extrema o la falta de concentración son otros síntomas. En relación con el bebé, la depresión posparto puede hacer que cueste más generar un vínculo con él o que se tengan pensamientos desagradables como los de hacerse daño a una misma o al niño, la preocupación excesiva o por el contrario la falta de interés en el bebé o incluso dudar de una misma y sus capacidades para ser madre. 

La depresión posparto debe tratarse con delicadeza, ya que es una complicación que puede durar mucho tiempo y que puede ser peligrosa tanto para la integridad de la madre como para el recién nacido. Acude a un profesional si tienes alguno de estos síntomas o pide ayuda para tratarla cuanto antes.