El oído es uno de los órganos más complejos del sistema humano que cumple dos funciones de las más importantes para nuestro organismo: mantenimiento del equilibrio y la audición.

Muchas veces, una infección es el origen de procesos de pérdida auditiva. De esta forma, es importante conocerlas para poder identificarlas y actuar directamente para buscar mejora en un tratamiento.

Asimismo, los avances en la tecnología permiten una mejor aproximación en la evaluación, que se presenta cada vez más necesario. También, ha facilitado el conocimiento de los distintos componentes del oído y de las regiones que pueden estar dañadas.

Los 8 problemas más frecuentes en el oído

  • Otitis: es la enfermedad más común del oído y, según la zona del oído, puede ser externa, media aguda, secretora o crónica. Su origen suele ser infeccioso, provocado por bacterias, hongos o virus. Sus síntomas más comunes son intenso dolor, supuración, fiebre, casos de vértigo y pérdida de audición.
  • Síndrome de Meniere: es la acumulación de líquido en el oído interno, aunque no se sabe qué hace que esto ocurra. Los síntomas más habituales son vértigos, zumbidos en el interior del oído, pérdida de audición temporal y sensación de tener el oído lleno.
  • Tapones de cera: existen unas glándulas que producen cerumen en el oído para protegerlo de la irritación por agua, polvo y patógenos. Pero, algunas personas producen mayor cantidad que la habitual lo que provoca un endurecimiento y bloqueo del conducto provocando un tapón. No eliminarlo puede provocar ruidos internos, pitidos, zumbidos, dolor de oídos, sensación de oído lleno, mareos o, incluso, una pérdida auditiva progresiva.  
  • Colesteatoma: es un quiste en el oído. Es decir, un tumor benigno que crece progresiva y lentamente, en el oído medio o cerca del hueso mastoides. Mientras va creciendo, puede destruir los huesos que hay a su alrededor, lo que provoca perdida auditiva. Se reconoce ya que supura un líquido maloliente, causa dolor, vértigos y debilidad muscular en la zona.
  • Otosclerosis: ocurre cuando un hueso crece de forma anormal en el oído medio. Así pues, el estribo se queda atrapado e impide que vibre. Entonces, no percibe el sonido y ni se transmite, lo que provoca falta de audición. Sus causas son desconocidas, pero algunas evidencias apuntan a que es hereditaria o consecuencia de infecciones como el sarampión. Puede provocar acúfenos durante su progresión y mareos.
  • Acúfenos: más que una enfermedad en sí, son un síntoma de las mismas. En el mundo, afecta a 1 de cada 5 personas, pero con presentaciones diferentes. Puede padecerse en los dos oídos, localizados en la cabeza o en uno solo. Pueden tener una frecuencia más grave o más aguda, y además pueden ser fluctuantes o fijos.  
  • Vértigo: afecta al equilibrio, genera mareo y sensación de movimiento o giros. Es una alteración del sistema vestibular, que tiene causa en diferentes enfermedades como el síndrome de Meniere, las neuronitis y las laberintitis.
  • Hipoacusia: o pérdida auditiva es uno de los problemas de salud más frecuente y que afecta a todos los grupos de edad.  Las causas más frecuentes son exposición al ruido, la edad, la toma de fármacos ototóxicos o enfermedades del nervio coclear. Estas personas tendrán dificultad para entender el habla, escuchar en ambientes más ruidos o localizar el sonido.

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