La detección de la diabetes tipo 2 en mujeres es más tardía. Este hecho se debe a múltiples razones como que “prioriza el rol de cuidadora, lo que hace que retrase su asistencia al médico”, explica la doctora Mª Dolores García de Lucas, del servicio de Medicina Interna del Hospital Costa del Sol (Málaga). En esta misma línea, la doctora Ana Isabel Jiménez Milán del servicio de Endocrinología en el Hospital Universitario Puerto Real (Cádiz) añade que, “las mujeres precisan de un mayor tiempo de insulinoresistencia y un mayor grado de obesidad para el desarrollo de la diabetes”. Y, como comenta la doctora García de Lucas, “en mujeres sucede que los médicos ponen objetivos menos ambiciosos en controlar la enfermedad y tratan con menos intensidad los factores de riesgo vascular”.
A esto se une que, una vez detectada la diabetes en la mujer, su presentación, evolución y aparición de complicaciones, diferentes a las de los hombres, siguen siendo un hecho poco conocido por parte de la comunidad científica. No obstante, “pese a que hay datos que lo describen con la suficiente fiabilidad, no siempre se ha ponderado el impacto que tiene este hecho diferencial a la hora de tratar a una mujer o a un hombre con diabetes tipo 2”, afirma la doctora Jiménez Milán.
Herramientas como el Proyecto Siembra
Por ello, ambas expertas participan en el Proyecto Siembra, con la colaboración de Novo Nordisk, el cual, como explican, “tiene el objetivo de sensibilizar y hacer accesibles los datos de la evidencia científica que explican estos hechos diferenciales (y que se manifiestan en distintas expresiones de la enfermedad y sus complicaciones) a profesionales sanitarios que atienden mujeres con diabetes tipo 2”. El Proyecto incluye la elaboración de materiales informativos que recogen, de forma resumida, aspectos a recordar para el abordaje específico de la diabetes tipo 2 en la mujer.
Pero además de los profesionales sanitarios, tanto para la detección precoz de la diabetes tipo 2 en la mujer como para su posterior cuidado, la familia y el entorno juegan un papel fundamental. “Es habitual que la mujer priorice su rol de cuidadora y protectora de su familia. Por ello, suele banalizar sus enfermedades, acudir más tarde al médico e incumplir con mayor frecuencia el tratamiento”, explica la doctora García de Lucas. En cualquier caso, como apunta la doctora Jiménez Milán, “en los modelos actuales, esta responsabilidad empieza a recaer en el resto de los miembros de la familia. Así que, es fundamental potenciar este tipo de comportamiento ya desde edades infanto-juveniles lo que reducirá la aparición de complicaciones en el futuro”.
La importancia de la divulgación
En definitiva, las mujeres presentan un perfil diferente en el desarrollo y las complicaciones de la diabetes tipo 2, de ahí que “sea necesario planificar y entender con perspectiva de género esta enfermedad lo que redundará en una mejor prevención, tratamiento y atención diferenciada”, afirma la doctora García de Lucas. Por eso, uno de los principales retos en el manejo de esta patología en las mujeres está más allá de la atención sanitaria, es decir, está en el fomento del conocimiento que existe sobre la presentación clínica de la diabetes tipo 2, su pronóstico, la respuesta farmacológica y las barreras sociales en las mujeres.
“La concienciación y formación específica de los equipos sanitarios es clave para mejorar el manejo de las pacientes mujeres”, añade la doctora Jiménez Milán. Precisamente, ambas expertas coinciden en que “es imprescindible a nivel institucional la puesta en marcha de campañas específicas para promover el autocuidado de las pacientes, con un enfoque personalizado de los análisis epidemiológicos y de los estudios de intervención en salud para hombres y mujeres. Y, para esto, es necesario que la comunidad científica incorpore vías de investigación que marquen líneas de intervención diagnóstica y terapéutica específicas en las mujeres con diabetes”.