La fatiga pandémica ha provocado consecuencias muy preocupantes en la salud mental y emocional de una gran parte de la población mundial. En el caso de España, el grupo más afectado ha sido el de los jóvenes, manifestándose sobre todo en un estado anímico muy bajo y una pérdida de confianza en expertos y científicos, grupos clave para superar la pandemia.

Así lo revela el Estudio social sobre la pandemia de la covid-19 (Espacov) realizado por el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Pero ¿qué es la fatiga pandémica? Y, sobre todo, ¿cómo podemos evitarla?

¿Qué es la fatiga pandémica?

En el informe “Reinvigorating the public to prevent COVID-19” (“Revitalizando al público para prevenir COVID-19”), la OMS definió la fatiga pandémica como “un estado de desmotivación para seguir las medidas preventivas recomendadas”. Una actitud que se deriva por distintas experiencias, emociones y percepciones y que ha ido cobrando fuerza con el paso del tiempo.

La OMS también precisa como esta falta de motivación era un fenómeno esperado y que es natural dada la prolongada duración de la crisis sanitaria y el fuerte impacto de las medidas preventivas y de protección sobre la vida diaria de todas las personas. Y es que, ante una situación sin precedentes, se ha optado por medidas preventivas restrictivas e invasivas para poder controlar los contagios y minimizar la mortalidad y los colapsos del sistema sanitario.

Esa desmotivación y agotamiento ante una pandemia que parece no tener fin o un alivio duradero, el cansancio se hace aún más pesado. Así, a la fortaleza física y mental del primer confinamiento le ha sucedido un estado de estrés crónico por la pandemia.

¿Qué factores han desencadenado la aparición de la fatiga pandémica?

Entre los factores que han contribuido a esa situación de desmotivación generalizada se destacan:

  • Un cansancio y fatiga ante el exceso de trabajo en determinadas profesiones.
  • Una sensación de aislamiento y soledad entre jóvenes y personas mayores.
  • Desazón ante la posibilidad de perder el empleo, la pérdida de capacidad adquisitiva.
  • Uso de mascarillas y la aparición de fobia social y agorafobia por miedo al contagio.
  • Exceso de noticias a diario, abundancia de fakenews y mensajes contradictorios. Un fenómeno que se ha bautizado como infodemia.
  • Fallecimiento de seres queridos y efectos secundarios tras haber pasado la enfermedad (COVID persistente)

¿Cómo afrontar la fatiga pandémica?

Las recomendaciones para combatir la fatiga pandémica que nos brinda el informe sobre fatiga pandémica publicado por la OMS son:

  • Tratar de hacer una reflexión sobre la situación y aceptarla.
  • Comenzar a practicar meditación y estrategias de relajación y realizar actividades que nos permitan mantenernos activos física y mentalmente.
  • No obsesionarse con estar sobreinformados sobre la pandemia, esto es, evitar el fenómeno de la infoxicación.
  • Mantener las rutinas habituales y estar ocupados y concentrados en el día a día.
  • Hacer ejercicio y procurar dormir y descansar.
  • Mantener el contacto frecuente con la familia y los amigos.
  • Procurar no aislarse y poner en común nuestros sentimientos e inquietudes con personas de confianza.

En el caso de los niños y jóvenes es importante seguir los siguientes consejos:

  • Explicarles la situación de manera que la puedan entender y siempre de forma clara y sin dramatismos.
  • Procurar hablar con ellos para ayudarles a que expresen sus sentimientos.
  • Transmitirles seguridad y hacer que se sientan protegidos, siendo fundamental enviar mensajes positivos y tratar de comunicar esperanza.
  • Mantener sus rutinas de estudio, juego y tiempo de ocio.
  • Aprovechar para inculcarles hábitos de autocuidado frente a las enfermedades contagiosas como el uso de mascarillas y el lavado y desinfección de manos.

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