La funcionalidad es un objetivo alcanzable en esquizofrenia y uno de los criterios más importantes para la elección del tratamiento farmacológico. Así se ha puesto de manifiesto en la última edición del encuentro de profesionales, Meet The Expert, organizado por la Alianza Otsuka-Lundbeck, al que han asistido más de 200 expertos nacionales e internacionales.

De hecho, alcanzar la funcionalidad es el objetivo actual del tratamiento de la enfermedad. El mismo ha supuesto un cambio de paradigma en el abordaje terapéutico.

¿Qué se entiende por funcionalidad en esquizofrenia?

A día de hoy todavía hay falta de consenso sobre el concepto de funcionalidad, el cual se superpone con otros como calidad de vida, cognición y remisión clínica. En cualquier caso, la funcionalidad en esquizofrenia implica, además de la remisión de los síntomas, una mayor autonomía para manejar la propia vida.

En palabras del doctor Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón y expresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), “la funcionalidad en esquizofrenia no debería definirse de forma distinta a la de personas que no tienen la enfermedad”.

Como incide este experto, “lo que sí es importante es el reciente cambio de paradigma que se ha producido, sobre la base de una mayor ambición terapéutica. No solo se busca la remisión clínica sino una funcionalidad más amplia. Esta funcionalidad abarca las relaciones sociales, el funcionamiento familiar, laboral, académico, o aspectos subjetivos como la calidad de vida y el bienestar emocional”.

Para el doctor Benedicto Crespo-Facorro, catedrático de psiquiatría, director de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Virgen del Rocío (Sevilla) y coordinador de esquizofrenia del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), “la funcionalidad es la aplicación del funcionamiento en la vida real, cómo una persona con esquizofrenia es capaz de asumir y desempeñar tareas de distinta índole en su día a día”.

“La esquizofrenia no es esa enfermedad que evoluciona inexorablemente hacia la cronicidad y el deterioro cognitivo. En los distintos estudios longitudinales realizados, de primeros episodios psicóticos en personas que cumplían los criterios diagnósticos de esquizofrenia, hemos visto que hasta un 15%, aproximadamente, tenía un episodio único y una recuperación total. Esto significa que alcanzaba un nivel de funcionamiento igual al existente antes de ese primer episodio psicótico”, explica el doctor Arango.

Condicionantes de la funcionalidad en esquizofrenia

Entre los factores que condicionan la funcionalidad de las personas con esquizofrenia se encuentran:

  • Los síntomas negativos y cognitivos.
  • La falta de conciencia de enfermedad.
  • No adherencia al tratamiento.
  • El consumo de cannabis.
  • Los acontecimientos adversos de algunos antipsicóticos, como el riesgo de hyperprolactinemia.

Síntomas negativos y cognitivos: impacto en la vida real

Entre los principales síntomas negativos de la esquizofrenia están la reducción de la expresión emocional y la pérdida de motivación, así como el aislamiento social. Ante la sospecha de síntomas negativos, los especialistas consideran necesario realizar un diagnóstico diferencial, valorar la gravedad de esos síntomas y vigilar su evolución.

En cuanto a los síntomas cognitivos, y como explica el doctor Crespo-Facorro, “la función ejecutiva, la velocidad de procesamiento y la atención son las tres dimensiones cognitivas más afectadas en las personas con esquizofrenia”.

Los síntomas negativos y cognitivos impactan en el funcionamiento de la vida real de las personas con esquizofrenia. Sin embargo, todavía no se abordan de forma sistemática en la práctica clínica. ¿Por qué? Según el Dr. Crespo-Facorro, “la evaluación de los síntomas cognitivos requiere de escalas específicas con cierta complejidad que, además, conllevan un consumo de tiempo importante, por lo que en el día a día no está instaurado su uso habitual”.

“En cuanto al abordaje de los síntomas negativos, muchas veces necesitamos hacer análisis más específicos. Aunque no sea fácil, necesitamos disponer de una evaluación clínica pormenorizada de la sintomatología negativa y cognitiva de nuestros pacientes porque, muchas veces, va a estar interfiriendo de manera trascendente en su funcionalidad”, explica el doctor Facorro.

Falta de conciencia de enfermedad y adherencia al tratamiento

La falta de conciencia de enfermedad -o insight- es común entre las personas con esquizofrenia, lo que afecta al cumplimiento terapéutico. Y es que el insight se encuentra entre los principales predictores de la adherencia a la medicación a largo plazo.

Esto, además de predisponer a la falta de cumplimiento del tratamiento, también predice mayores tasas de recaída, más ingresos hospitalarios involuntarios, peor funcionamiento psicológico y peor evolución de la enfermedad, según los expertos.

Por el contrario, una medicación eficaz y bien tolerada pueda conducir a una mejor actitud hacia el tratamiento. Aproximadamente el 80% de los pacientes son parcial o totalmente no adherentes a la medicación oral. Asimismo, los antipsicóticos inyectables de liberación prolongada reducen las tasas de abandono del tratamiento y el riesgo de mortalidad y hospitalización. Todo esto sin olvidar que el tratamiento de mantenimiento a largo plazo con medicación antipsicótica es fundamental para prevenir recaídas. 

En opinión de Benedicto Crespo-Facorro,“la adherencia al tratamiento farmacológico tiene que ir muy unida al mantenimiento de la medicación a la mínima dosis eficaz. El fin es evitar efectos adversos, riesgo de recaídas e interferencias en la funcionalidad, y favorecer la aceptabilidad del paciente hacia la medicación”.

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