En España, la mayor parte de los ingresos en una Unidad de Cuidados Intensivos Pediátrica (UCIP) corresponden a niños menores de dos años. En este contexto, entre un 25% y un 30% de estos pequeños pacientes pueden presentar algún grado de malnutrición previo.
Las comorbilidades previas de cada niño condicionan en muchos casos que desarrolle un estado nutricional malo, es decir, que presente algún grado de malnutrición, según explica la Dra. Paloma Dorao Martínez-Romillo, jefe de Servicio de la UCIP del Hospital Universitario Infantil La Paz.
De esto y mucho más, se habló durante el simposio “Nutrición enteral en la UCIP”, que ha tenido lugar durante el 36 Congreso de la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos (SECIP). La nutrición en un niño que ingresa grave es de vital importancia, ya que una nutrición óptima en niños críticamente enfermos puede mejorar la mortalidad y morbilidad en parámetros como menor tiempo de ingreso en UCIP, menor tiempo de ventilación mecánica o menor número de infecciones.
El abordaje nutricional del bebé, clave para garantizar un adecuado desarrollo
El abordaje nutricional de los bebés ingresados es clave para garantizar un adecuado desarrollo durante su estancia en la UCIP.
En el caso de un proceso infeccioso, la respuesta metabólica del paciente a la agresión es muy compleja. En este sentido, la misión de los especialistas consiste en permitir una respuesta adaptativa a ese proceso, proporcionar los nutrientes que el paciente necesita en cada momento y minimizar el coste que supone esa agresión para su organismo, tal y como puntualizó la Dra. Dorao.
A la hora de analizar los protocolos nutricionales que se suelen llevar a cabo desde que el bebé ingresa en la UCIP hasta que recibe el alta, se debe priorizar la nutrición enteral, y se adaptan los nutrientes al momento de la agresión.
En un momento especialmente sensible para los padres, como es el de la estancia de su bebé en una UCIP, la especialista del Hospital La Paz señaló que los profesionales sanitarios son quienes deben comunicar a los padres y a las familias que la nutrición es un pilar más en el tratamiento de su niño.
Por ello, lo ideal es mantener la nutrición enteral, aunque para ello se tenga que utilizar elementos como sondas. Pero es importante que los padres sepan en todo momento, que siempre hay opciones terapéuticas para mejorar su situación metabólica.