“La nutrición de los pacientes renales ERCA aún no es una prioridad en muchos hospitales y centros de salud», según ha dado a conocer la doctora Beatriu Bayés, directora del Instituto de Nefrología y Urología del Hospital Clínic de Barcelona, en el marco de las jornadas NutriERCA.

Y eso que, según ha señalado, “con unos criterios alimenticios adecuados, el paciente con enfermedad renal crónica avanzada (ERCA) mejora su capacidad de realizar ejercicio, su estado emocional y su calidad de vida”.

Otros retos que ha identificado en estas jornadas, organizadas por el Hospital Clínic de Barcelona, con la colaboración de la Agència de Qualitat i Avaluació Sanitàries de Catalunya (AQuAS), Fundación Alicia y Vifor Pharma, son que «normalmente se trabaja con pautas nutricionales y dietéticas estandarizadas; no se tienen en cuenta las características étnicas, religiosas o culturales, y existe una falta de autocuidado y de empoderamiento del paciente en la toma de decisiones en relación con la nutrición y la cultura de la alimentación»

Y es que, ha agregado esta experta, el paciente con ERCA se puede encontrar en el sistema sanitario en diferentes etapas de su enfermedad, tanto en consultas externas, como en diálisis, o en pre y post trasplante: “Es importante identificar en qué etapa se encuentra el paciente y realizarle recomendaciones adaptadas a su realidad personal”.

Recomendaciones individualizadas

Dieta, sodio, hidratación o realizar una buena compra son algunos puntos sobre los que se realizan recomendaciones básicas para pacientes ERCA. Bárbara Romano, nutricionista clínica en el Área de Nefro-Urología del Hospital Clínic, ha explicado que en estos pacientes se debe optar por un patrón alimentario saludable, como el de la dieta mediterránea. “Un patrón que priorice el consumo de alimentos de origen vegetal por encima de los de origen animal, o de los productos naturales y frescos por encima de los ultraprocesados para asegurar que no hay un extra de aditivos como la sal, el fósforo o el potasio, aspectos que en muchos casos los pacientes deben controlar”, ha explicado.

“El nutricionista realizará una planificación partiendo de los hábitos alimentarios del paciente y buscará que se adapte a sus necesidades: Hay aspectos que van a ser comunes a todos los pacientes renales, como, por ejemplo, ajustar el aporte proteico de origen animal, pero hay otros que se personalizan según el caso, por ejemplo, si un paciente tiene el potasio alto hay que regulárselo, pero si no es así, no es necesario hacerlo. Entendemos que no hay que acometer restricciones antes de tiempo”, ha matizado Romano.

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