La fisiopatología de las enfermedades de la retina se establece como la clave para la individualización del tratamiento. Así lo han asegurado especialistas en Oftalmología que han participado en la VII edición del Simposio Readyt, organizado por Allergan, an AbbVie company. El avance en las técnicas de imagen ha permitido conocer mejor el mecanismo de acción y los mediadores implicados en un paciente concreto con edema macular diabético, lo que facilita poder individualizar el tratamiento. En concreto, ello es posible analizando a través de una OCT marcadores de procesos inflamatorios en las enfermedades de la retina.

«Es conocida la causalidad multifactorial de la retinopatía diabética y en concreto del edema macular diabético, en donde el componente inflamatorio juega un papel muy importante” explicó el Dr. Enrique Cervera, jefe de Servicio de Oftalmología del Hospital General de Valencia.

Por este motivo, el Dr. Javier Zarranz -Ventura, Especialista Senior en Oftalmología en el Hospital Clinic de Barcelona e Investigador R3A en el IDIBAPS (Instituto de Investigación Biomédica, ha considerado también que es esencial realizar un análisis de biomarcadores inflamatorios a través de la OCT que permita determinar cuál es el tratamiento más adecuado para cada paciente. «El hecho de que podamos analizar de una forma rápida y sencilla ciertos parámetros de la OCT relacionados con la inflamación como el DNS, quistes o un gran GMC, permite personalizar la terapia y lograr el objetivo terapéutico en los pacientes con EMD que es alcanzar la mejor respuesta anatómica lo más rápido posible para preservar la visión”.

Tratamiento individualizado y también temprano para lograr mejores resultados

Las lesiones que provoca esta patología inflamatoria en la visión pueden ser irreversibles, siendo necesario implementar un tratamiento con la mayor prontitud posible y ofreciendo una terapia individualizada que permita prolongar los años de salud visual del paciente. El tratamiento del EMD es la terapia intravítrea, una técnica mínimamente invasiva -mediante inyecciones- cuyo objetivo es reducir el nivel de edema y prevenir la afectación de la visión.

Analizar la presencia de biomarcadores inflamatorios cuando se revisa la OCT de los pacientes, podría permitir la individualización del tratamiento y seleccionar la terapia que va a lograr los mejores resultados y objetivos del pacientes. Este hecho es de gran importancia, ya que un 40% de pacientes no responden adecuadamente o son respondedores subóptimos a la terapia estándar basada en antiangiogénicos. Las cifras de respuesta a la principal línea estándar de tratamiento indican que los análisis de biomarcadores y la individualización de la terapia a cada caso (en función de los resultados obtenidos en el análisis de la fisiopatología inflamatoria del edema macular diabético) podrían mejorar las cifras de respuesta. “Puede haber factores que nos indiquen que el tratamiento con corticoides puede ser más beneficioso si se emplea desde fases muy precoces de la enfermedad” señala el Dr. Javier Zarranz -Ventura, Especialista Senior en Oftalmología en el Hospital Clinic de Barcelona e Investigador R3A en el IDIBAPS (Instituto de Investigación Biomédica.

Además de la importancia de determinar el tipo de edema macular mediante biomarcadores, también la individualización del tratamiento recoge aspectos como, por ejemplo, la seguridad sistémica, otras características oculares y la adherencia a la terapia intravítrea.

“Las guías de práctica clínica y los protocolos de tratamiento internacionales nos indican qué tratamientos hay que utilizar en cada caso. Lo que ocurre es que luego está la práctica en la vida real, donde, por ejemplo, te encuentras a pacientes que no responden adecuadamente a la medicación o que no pueden venir a las consultas con regularidad, siendo clave individualizar la terapia. Se debe contar con distintas opciones terapéuticas. Esto nos permite elegir la terapia que ofrezca al paciente el menor número de inyecciones posible y con la mejor ganancia visual posible, sin perjuicio de su seguridad,» relata el Dr. Javier Zarranz Ventura.

 La sala limpia y el acto único para aliviar el impacto de la administración del tratamiento en los pacientes

Los especialistas también han comentado que la combinación de la sala limpia y el acto único, junto con el uso de fármacos de mayor duración que logren reducir el número de inyecciones y visitas, son claves para los pacientes y los servicios de oftalmología.

El Dr. Enrique Cervera destaca que “la sala limpia ofrece innumerables ventajas, entre las que se incluyen mayor rapidez, comodidad y eficiencia lo que conlleva menores esperas para el paciente y por tanto menor ansiedad y estrés”. La sala limpia es una estancia acondicionada para garantizar un espacio totalmente adaptado y seguro a la hora de administrar la terapia intravítrea, lo que evita la entrada en el quirófano. Administrar toda la terapia intravítrea, tanto anti-VEGF como implante IV de dexametasona en la sala limpia es un procedimiento tan seguro como realizarlo en un quirófano si se cumplen las medidas de esterilidad.

Para manejar eficazmente el proceso asistencial en esta sala deben implementarse fórmulas de gestión y atención a los pacientes que sean ágiles y eficaces como, por ejemplo, el acto único. “El acto único es una nueva manera de gestionar la consulta con el paciente con edema macular diabético. Consiste en atender al paciente en una única visita. El objetivo es ofrecer una visita integral, donde realizamos el seguimiento de estos pacientes, incluyendo una evaluación exhaustiva de la evolución de la enfermedad y la respuesta a la terapia intravítrea, que permita una toma de decisión rápida con relación a la individualización del tratamiento. Un proceso que antes requería de varias visitas y que con esta fórmula reduce tanto los traslados del paciente y sus familiares o acompañantes, como el número de citas totales del paciente,” cuenta el Dr. Cervera.

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