Las pulgas son pequeños insectos cuyo tamaño oscila entre los 2 y 4 milímetros. A pesar de no tener alas, pueden llegar a saltar (aproximadamente unos 20 centímetros de forma vertical y el doble si lo hace de forma horizontal) con el objetivo de aterrizar sobre la piel de un animal o una persona para alimentarse de su sangre.

Normalmente su presencia se asocia principalmente a mascotas domésticas como perros y gatos, desde los cuales pueden saltar hacia otras personas o animales, al detectar otros huéspedes a partir de su temperatura corporal, el dióxido de carbono que exhalan o el movimiento.

A través de pequeñas garras en los extremos de sus patas, se adhieren a otros portadores provocando que se rasquen o sacudan, notando una pequeña picadura.

Síntomas de las picaduras de pulga

Las lesiones provocadas por las picaduras de pulga suelen manifestarse de inmediato, pareciéndose de forma similar a las de los mosquitos. Su principal molestia es el picor, y se concentran en grupos de tres o cuatro, apareciendo en forma de hilera al igual que el salto de la pulga.

Normalmente estas picaduras son de tamaño pequeño, rosadas, y con volumen sobre la piel. En ocasiones contiene líquido o pus si se han sobre infectado. Aparecen con frecuencia en extremidades (ya que son las zonas donde la ropa está más ajustada al cuerpo), nalgas, tobillos, axilas, o el pliegue de codos y rodillas.

Aunque su picor produce ciertas molestias, no suponen mucha gravedad, pero en ocasiones pueden transmitir enfermedades como la peste bubónica y el tifus, habiendo poca probabilidad hoy en día. Su complicación más común es la reacción alérgica, o la infección en caso de que la herida se rasque demasiado.

Tratamiento de las picaduras de pulga

En el caso de sufrir una picadura por parte de una pulga, lo primero que se debe hacer es lavar bien la zona afectada con agua y jabón. Posteriormente, deberemos aplicar una crema con corticoides para así aliviar el picor y la inflamación.

En principio no es necesario ningún tipo de tratamiento farmacológico por vía oral, a no ser que se origine algún tipo de infección, pudiendo prescribirse medicamentos para combatirla. En el caso de que los síntomas derivados sean muy intensos, se pueden usar analgésicos y antihistamínicos orales para aliviarlos.

Si la reacción fuera más grave, produciendo lesiones rojas por todo el cuerpo, hinchazón en algunas zonas (como la lengua o los labios), fiebre o dificultad para respirar, se debe solicitar asistencia médica de forma urgente.

Claves para prevenir las picaduras de pulgas

En ocasiones se puede prevenir este tipo de picaduras teniendo en cuenta las siguientes medidas:

  • Precaución a la hora de realizar actividades en la naturaleza. Al tener más cubierto el cuerpo cuando caminamos por el campo o espacios abiertos como un jardín o el césped, evitaremos ciertas picaduras, al igual que otros comportamientos como levantar piedras en el campo con las manos.
  • Desparasitación de las mascotas. Mediante un champú especial o un collar antipulgas, principalmente en épocas de mucho calor.
  • Cuidado cuando realicemos labores de limpieza en la casa, principalmente al mover muebles de un lado a otro o limpiar esquinas. También hay que pasar el aspirador con frecuencia, con especial hincapié en las alfombras y los muebles que pueden estar tapizados, así como los lugares más habituales en los que se encuentran nuestras mascotas.
  • Aplicarse repelente sobre la ropa o la piel, sin usarse en bebés ni en menores de seis años (en este caso más de un 10%).
    Cortarse las uñas para evitar el riesgo de infección por rascado.
  • Llamar al exterminador en el caso de invasión de la casa o el jardín. También es conveniente aspirar alfombras y lavar toda la ropa de cama.

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