7 sociedades científicas (SECA, SEDYSA, SEMERGEN, SEMFyC, SEFH, SEDEN, S.E.N.) y la Federación nacional ALCER han definido el proceso asistencial óptimo que debería tener el paciente con anemia asociada a la Enfermedad Renal Crónica (ERC) en España a través del Proyecto TEIDE que Astellas Pharma ha impulsado.
El proyecto se presentará a los profesionales sanitarios en el portal especializado en Nefrología, Nefrocampus (www.astellas-pro.com/s/) y tal y como la directora de Government Affairs & Market Access en Astellas Pharma, Asunción Somoza, ha manifestado servirá para “avanzar en la atención que reciben los pacientes y en las mejoras imprescindibles para que los profesionales sanitarios puedan brindar la mejor atención posible”.
Una de cada cinco personas con enfermedad renal crónica (ERC) presenta anemia, complicación que empeora a medida que aumenta el deterioro de la función renal. En el estadio 3 de la ERC la anemia puede afectar hasta el 40% de los pacientes, y en el estadio 5 esta cifra incrementa hasta el 90%.
La anemia asociada a la ERC está relacionada, principalmente, con la inadecuada producción de eritropoyetina por el riñón. Ello provoca debilidad, fatiga, palpitaciones, dificultad para respirar, letargia y alteraciones del sueño, entre otras manifestaciones. En términos mayores, también se asocia con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular e incluso mortalidad.
La finalidad del Proyecto TEIDE ha sido definir y optimizar el recorrido asistencial de los pacientes con anemia asociada a ERC en España desde una visión integral, incorporando aspectos clínicos, de gestión, económicos y humanísticos para lograr una mayor calidad de vida y mejores resultados en salud.
Y es que, a pesar de que la aparición de anemia es determinante en la evolución de la enfermedad y en la vida del paciente, este factor está actualmente infradiagnosticado por su falta de visibilidad a nivel sanitario y social. Además, también es una condición que está infratatada al existir retrasos en su manejo inicial, y que por tanto cuenta con un insuficiente seguimiento por la falta de coordinación y continuidad asistencial.
“En definitiva, este tipo de anemia disminuye la calidad de vida del paciente, pues interfiere con la vida cotidiana, la actividad física, el cuidado personal y la vida laboral, debido a la importante repercusión en su salud”, explica la Dra. Patricia de Sequera, presidenta de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), jefe de Nefrología del Hospital Universitario Infanta Leonor, miembro del grupo de trabajo de anemia de la S.E.N. y miembro del Comité Asesor. “De ahí la relevancia de tratarla y gestionarla bien. Y para ello hemos realizado un análisis de la situación actual de la atención que recibe el paciente, encontrándonos que los cuellos de botella principales son el infradiagnóstico, el retraso en el tratamiento y el inadecuado seguimiento de esta afección”.
Por ello, un Comité Asesor y un Panel de expertos con experiencia en el marco de la ERC, la anemia renal y en calidad y gestión sanitaria han diseñado conjuntamente el proceso asistencial óptimo que debería seguir el paciente en España y 10 líneas de actuación con 37 acciones específicas para poder implementarse.
Dentro de estas acciones, Dr. José María Portolés, jefe del servicio de Nefrología del Hospital Puerta de Hierro (Madrid) y coordinador nacional del grupo de trabajo de anemia de la S.E.N. destaca que, para contrarrestar los cuellos de botella, “debemos potenciar la visibilidad y conocimiento entre los profesionales sanitarios y pacientes de este tipo de anemia; promover el abordaje multidisciplinar del paciente estableciendo protocolos comunes para la coordinación en la derivación de los pacientes en los puntos clave del proceso y establecer canales de comunicación y coordinación ente los niveles asistenciales, haciendo uso de las tecnologías de la información.”
Además, insiste en la necesidad de involucrar al paciente en el manejo de la anemia asociada a la Enfermedad Renal Crónica. “Si bien, se han desarrollado iniciativas a nivel nacional y autonómico para impulsar la humanización en la asistencia sanitaria, algunas de ellas en el marco de la enfermedad renal, todavía existe margen de mejora en la implicación del paciente«.
En este sentido, el director general de la Federación Nacional de Asociaciones para la lucha contra las enfermedades del riñón (ALCER), e Investigador en el área de metodología en la Facultad de Psicología de la UAM, Juan Carlos Julián, ha manifestado que “el paciente actualmente se siente desinformado, confunde los síntomas con su propia enfermedad renal y acude por ello tarde a consulta”. Por eso, valora positivamente la realización de este trabajo multidisciplinar que “ofrece la oportunidad de visibilizar y concienciar sobre una enfermedad con alto impacto en los pacientes que la sufren, a través de su participación en un proyecto en el que el paciente ha estado integrado de principio a fin, pudiendo incluir sus necesidades en este diseño del proceso asistencial que debería llevarse a cabo en España”.
Atención de la anemia asociada a la Enfermedad Renal Crónica en el contexto del Covid-19
En el análisis realizado también se ha tenido en cuenta el impacto que tiene la saturación hospitalaria y el retraso en las consultas debido al Covid-19 en la atención al paciente con anemia asociada a la ERC.
“Con la pandemia nos hemos dado cuenta de que es una prioridad que el paciente frecuente menos el hospital, siempre que no sea necesaria su presencia física. La implantación de la telemedicina y la telefarmacia, evitar que el paciente asista al hospital a recoger su medicación, la implantación de técnicas de diálisis domiciliarias y, en un futuro, tener en cuenta las alternativas orales para acercar la atención sanitaria al paciente, se han manifestado como mejoras indispensables para lograr una mayor calidad de vida y evitar ocasiones de contacto en épocas de pandemia. Todo ello lo hemos destacado en las conclusiones” aseguraba la Dra. Patricia de Sequera.