El impétigo es una infección bacteriana de la piel que se produce de forma más frecuente en niños de entre 2 y 5 años, aunque se puede presentar también en adultos. Se trata de una enfermedad contagiosa que aparece de forma más frecuente durante los meses de verano. Existen tres formas de impétigo: común, bulloso y ectima.
Esta infección puede estar causada por dos tipos de bacterias: Streptococcus pyogenes o del grupo A o Staphylococcus aureus. Ambas bacterias están presentes en nuestra piel y no suelen causarnos ningún daño. Sin embargo, cuando se produce una herida, corte o incluso la picadura de un mosquito, pueden llegar a las capas internas de la piel y causar la infección.
¿Cómo se contagia el impétigo en niños y bebés?
Generalmente, el contagio de esta infección se produce por el contacto directo de piel con piel, aunque también puede darse a través de la ropa, la toalla del baño o incluso otro tipo de objetos, como juguetes, en el caso de los niños. Otra forma de contagio se da cuando estas bacterias causan llagas en las que podemos encontrar líquido, a través del cual se genera el traspaso.
Además, hay pacientes que pueden almacenar estas bacterias en la cavidad nasal, dificultando que se eliminen definitivamente. En estos casos, aunque la bacteria desaparece de la piel, el simple manipulado de la nariz con las manos produce la contaminación de nuevo en la piel.
Factores de riesgo del impétigo
Aunque el mayor riesgo está en la edad, por tratarse de una infección habitual en niños pequeños, existen otros factores que aumentan las posibilidades de aparición del impétigo, tales como:
- Residir en lugares de clima cálido y húmedo
- Contacto estrecho con personas infectadas o en zonas de mayor afluencia de niños tales como escuelas infantiles
- Mala higiene personal, especialmente por la falta de higiene en manos, cara o cuerpo
- Presencia de lesiones cutáneas, tales como eczema, psoriasis o quemaduras solares
- Padecer sarna aumenta las probabilidades de contraer impétigo
- Las lesiones abiertas de la piel o las heridas traumáticas son fuente de contagio de la infección
- Los pacientes con diabetes mellitus también son población de riesgo
- Presentar enfermedades o situaciones que debiliten el sistema inmunitario como la infección por VIH o el uso de fármacos inmunosupresores aumenta las posibilidades
- Los pacientes colonizados por estafilococos o estreptococos también son más propensos a contagiarse de la infección
Síntomas y tratamientos para la infección por impétigo
La infección por impétigo se manifiesta en la piel a través de ampollas de color amarillento, localizadas predominantemente en la zona de alrededor del ombligo, las axilas o la zona del pañal. Estas ampollas se rompen fácilmente dejando una zona húmeda en su lugar. Esto hace que se extiendan con mucha rapidez en la piel del recién nacido.
Las lesiones de impétigo generalmente no duelen, pero en algunas ocasiones pueden causar picor. Al rascarse la zona se favorece la propagación de la enfermedad a través de las manos contaminadas.
Respecto al tratamiento, el profesional sanitario suele prescribir antibióticos con el objetivo de reducir la posibilidad de contaminación a otras personas, acelerar la resolución de las lesiones y reducir el riesgo de complicaciones. Aún así se trata de una infección que suele desaparecer por sí sola.