La psoriasis nerviosa es una afección crónica de la piel, desconocida por muchas personas, pero que puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen. Esta afección puede ser desencadenada o agravada por factores emocionales, como el estrés.

Aunque actualmente, la psoriasis nerviosa no es un término médico oficial, se utiliza para describir esta conexión entre el estado mental y los brotes cutáneos.

¿Qué es la psoriasis nerviosa?

La psoriasis es una enfermedad autoinmune que provoca la rápida acumulación de células en la piel, formando placas rojas, gruesas y escamosas. En el caso de la psoriasis nerviosa, no es diferente en términos de manifestación física, pero el estrés y la tensión emocional suelen actuar como un factor desencadenante o agravante de los brotes cutáneos.

Esto ocurre porque el estrés genera una respuesta inflamatoria en el cuerpo, que en personas predispuestas genéticamente, puede desestabilizar el sistema inmunológico y acelerar el ciclo de las células cutáneas. Esto conlleva lesiones típicas de la psoriasis.

¿Por qué el estrés afecta a la psoriasis?

El estrés prolongado estimula la producción de cortisol, una hormona que en exceso puede debilitar la capacidad del cuerpo para regular la inflamación. Esto provoca que las lesiones en la piel se vuelvan más evidentes y difíciles de tratar. En consecuencia, se crea un círculo vicioso, ya que la aparición de síntomas también puede aumentar el nivel de estrés emocional del paciente.

Síntomas y señales para identificar la psoriasis nerviosa

La psoriasis nerviosa al tratarse de un tipo de psoriasis, comparten ciertos síntomas, pero la principal característica que las diferencia es el desencadenamiento relacionado con eventos estresantes. ¿Cuáles son las señales para identificarlo?

  • Lesiones típicas de la psoriasis: manchas o placas rojas, escamosas y gruesas en zonas del cuerpo como el cuero cabelludo, los codos, rodillas, espalda e incluso abdomen. En ocasiones, salen manchas, descamación o deformidades en las uñas.
  • Empeoramiento tras periodos de estrés: si estas manchas aparecen o se agravan después de situaciones emocionalmente intensas, es probable que el estrés sea un factor decisivo.
  • Otros síntomas relacionados: dolor y picor persistente y cambios emocionales durante los brotes.
  • Resistencia al tratamiento habitual: al crearse un círculo vicioso, en algunos casos, los brotes de psoriasis nerviosa no responden tan rápido a los tratamientos tradicionales debido a la influencia del estrés en el cuerpo, lo que produce mayor estrés al no ver resultados.

Cómo tratar o manejar la psoriasis nerviosa

Si se sufre de psoriasis y se sospecha que el estrés pueda estar agravando la situación, es importante abordar el problema desde dos frentes: tratar las lesiones de la piel y cuidar la salud mental.

En cuanto al tratamiento médico, un dermatólogo puede recomendar opciones como:

  • Terapias tópicas: cremas con corticosteroides, análogos de vitamina D o emolientes que alivian las lesiones.
  • Fototerapia: uso controlado de la luz UV para reducir la inflamación.
  • Tratamientos sistémicos: en casos extremos, se usan medicamentos orales o inyectables para controlar la enfermedad.

Para cuidar la salud mental y controlar el estrés, se ha de incorporar hábitos que reduzcan la tensión emocional: meditación y mindfulness, realizar ejercicio regularmente, realizar terapia psicológica y establecer una rutina de autocuidado.

Si necesitas más información, no dudes en consultar con tu médico todas tus dudas relacionadas con la psoriasis nerviosa.