Un embarazo ectópico es aquel en el que el óvulo fecundado no se implanta correctamente en el útero, sino que lo hace en otras cavidades o estructuras maternas. El óvulo fecundado, al descender por la trompa de Falopio, no llega al útero y se implanta en otro tejido diferente, por lo que acaba desembocando en un aborto.
En más del 90% de los casos, el embarazo ectópico es de tipo tubárico ya que el cigoto se aloja en la trompa de Falopio. En este caso, se produce inflamación y obstrucción tubárica.
El resto de casos se dividen en los siguientes tipos:
- Embarazo ectópico ístmico: la implantación tiene lugar en el istmo, al final de la trompa de Falopio.
- Embarazo ectópico ovárico: el embrión se implanta en el ovario, dando lugar a la posible equivocación con un quiste.
- Embarazo ectópico cervical: el óvulo fecundado se aloja en el cuello uterino o cérvix.
- Embarazo ectópico abdominal: este caso es muy poco frecuente, ya que el embrión se implanta en la cavidad peritoneal.
- Embarazo ectópico intramural: es el tipo más raro de todos. El cigoto se sitúa en la capa muscular interna del útero.
Factores de riesgo de embarazo ectópico
Aunque es difícil de predecir, existen una serie de factores que aumentan el riesgo de que se produzca un embarazo fuera del útero y que hay que tener en cuenta. Algunas de estas causas son más determinantes o importantes para aumentar las probabilidades, siendo la mayoría de ellas por un problema localizado en las trompas que produce su inflamación, infección o daño, impidiendo que el óvulo fecundado llegue hasta el útero.
Entre los factores más importantes podemos encontrar la salpingitis o infección de las trompas; cirugías previas en la zona; fallo en la ligadura de las mismas; presencia de embarazos ectópicos previos; uso del DIU; edad superior a los 35 años de la madre; etc.
Por su parte, existen componentes de riesgo moderado tales como el tabaquismo, embarazos durante tratamientos de infertilidad, infecciones ginecológicas previas como la clamidia o la gonorrea, etc.
Síntomas y diagnóstico de un embarazo extrauterino
Los síntomas pueden no aparecer en las primeras semanas o ser iguales a los de un embarazo convencional, tales como la fatiga, las náuseas, el dolor abdominal o la ausencia de menstruación. Además, en estos casos, la prueba de embarazo de Beta hCG también es positiva en las gestaciones fuera del útero.
A partir de las 6-8 semanas empiezan a aparecer los síntomas que demuestran que algo no va correctamente, tales como un dolor abdominal muy fuerte, sangrado vaginal anormal, debilidad y desmayos, dolor de lumbago y hombros, entre otros.
Esta situación puede empeorar si se produce un embarazo ectópico roto, produciendo una rotura de la trompa. Esto agrava la situación de forma importante porque puede producir una hemorragia interna, e incluso, la muerte de la paciente.
Para el diagnóstico de un embarazo fuera del útero es necesario un examen ginecológico y una ecografía transvaginal. Una vez diagnosticado es necesario interrumpir el embarazo mediante tratamiento quirúrgico o médico, en función de los resultados de las pruebas médicas realizadas.