La alimentación es uno de los pilares fundamentales durante cada una de las etapas de nuestra vida. A medida que avanzamos en la vida, también se hace fundamental llevar una alimentación adecuada que nos permita favorecer nuestro bienestar. Es por eso que las personas mayores deben cuidar especialmente su rutina alimenticia, ya que puede conllevar numerosos beneficios en su día a día.
A lo largo de nuestra vida, nuestras necesidades nutricionales cambian al mismo tiempo que las capacidades de nuestro organismo. Por ello, hay que tener en cuenta las propiedades que contienen los diferentes alimentos para que correspondan a las demandas de cada persona.
Hábitos alimenticios adecuados para las personas mayores
Además, de cuidar nuestra salud, la alimentación nos ayuda a prevenir posibles enfermedades, por lo que adquiere una mayor importancia. A continuación, se enumeran algunas prácticas saludables dirigidas a las personas mayores:
– Incluir una amplia variedad de alimentos para asegurar la ingesta de todos los nutrientes esenciales.
– Incorporar frutas, verduras, legumbres y granos enteros para facilitar la digestión.
– Beber al menos 2 litros de agua al día y consumir otras bebidas saludables como infusiones de hierbas, caldos y jugos naturales sin azúcar.
– Consumir proteínas magras como pollo, pavo, pescado, huevos, legumbres, tofu y productos lácteos bajos en grasa.
– Incorporar pescado al menos dos veces por semana, especialmente variedades ricas en ácidos grasos omega-3.
– Elegir grasas insaturadas presentes en el aceite de oliva, aguacates, nueces y semillas.
– Optar por granos enteros como arroz integral, avena, quinoa y pan integral.
– Consumir productos lácteos bajos en grasa, vegetales de hojas verdes, y pescados con espinas blandas.
– Comer varias comidas pequeñas a lo largo del día en lugar de tres grandes.
– Utilizar hierbas y especias en lugar de sal para sazonar los alimentos.
¿Qué alimentos deben evitarse o consumirse con moderación?
Mantener una buena alimentación también implica dejar de lado o controlar la ingesta de ciertos productos que no con tan beneficiosos para nuestro organismo. En este sentido, algunos de los alimentos que no deben ser habituales en la dieta diaria de las personas mayores son:
- Comida procesada: Evitar alimentos enlatados, sopas instantáneas, y comidas congeladas que son altas en sodio.
- Condimentos como la el uso de sal de mesa o la salsa de soja
- Snacks Salados: Moderar el consumo de patatas fritas, por ejemplo.
- Evitar refrescos, jugos de fruta con azúcar añadida, y bebidas energéticas.
- Limitar el consumo de galletas, pasteles, caramelos, y otros postres con alto contenido de azúcar.
- Evitar cereales de desayuno azucarados, barritas energéticas y salsas con azúcar añadido.
- Reducir el consumo de carnes rojas y procesadas, como salchichas, tocino, y embutidos.
- Evitar alimentos fritos y productos horneados comerciales que contengan grasas trans, como galletas y pasteles.
- Si se consume alcohol, hacerlo con moderación. Las personas mayores pueden ser más sensibles a los efectos del alcohol, y este puede interactuar negativamente con medicamentos.
- Limitar el consumo de bebidas con cafeína, como café y té, especialmente si hay problemas de sueño o hipertensión.
- Evitar bebidas energéticas que contienen altas cantidades de cafeína y azúcar.
- Limitar el consumo de vísceras (como hígado) y mariscos altos en colesterol, como camarones y langosta.