La sífilis es una de las enfermedades de transmisión sexual (ITS) más conocidas y preocupantes, ya que puede afectar tanto a hombres como a mujeres en cualquier etapa de la vida. A pesar de que hoy en día es tratable con antibióticos, la falta de atención médica o un diagnóstico tardío pueden llevar a complicaciones graves e incluso permanentes. A continuación, exploraremos en detalle qué es la sífilis, cuáles son sus síntomas y las opciones de tratamiento disponibles.

¿Qué es la sífilis?

La sífilis es una infección causada por la bacteria Treponema pallidum. Se transmite principalmente a través de contacto sexual directo con una persona infectada, ya sea por relaciones vaginales, anales u orales. Sin embargo, también puede transmitirse de madre a hijo durante el embarazo, lo que se conoce como sífilis congénita.

Lo preocupante de esta enfermedad es que puede permanecer en el cuerpo sin causar síntomas evidentes durante largos periodos, lo que facilita su transmisión y complica el diagnóstico. La sífilis progresa en cuatro etapas, cada una con síntomas específicos y riesgos asociados.

Etapas y síntomas

  1. Sífilis primaria: Esta es la primera etapa y suele manifestarse entre 10 y 90 días después de la exposición a la bacteria. El principal síntoma es la aparición de una o varias úlceras indoloras, conocidas como chancros, en el lugar donde la bacteria ingresó al cuerpo (generalmente en los genitales, el ano o la boca). Aunque estas úlceras desaparecen por sí solas en pocas semanas, la infección sigue presente y avanza a la siguiente etapa si no se trata.
  2. Sífilis secundaria: En esta etapa, que puede comenzar semanas o meses después de la aparición del chancro, la bacteria se disemina por todo el cuerpo. Los síntomas incluyen erupciones cutáneas, que a menudo aparecen en las palmas de las manos y plantas de los pies, además de fiebre, dolor de garganta, pérdida de cabello, fatiga y dolores musculares. Al igual que en la etapa primaria, los síntomas pueden desaparecer por sí solos, pero la infección continúa su progreso.
  3. Sífilis latente: Si no se trata, la sífilis entra en un período en el que no presenta síntomas visibles. Esta fase puede durar años, y aunque la persona no presenta signos evidentes de la enfermedad, sigue siendo portadora de la infección. En esta etapa latente, solo los análisis de sangre pueden detectar la presencia de la bacteria.
  4. Sífilis terciaria: Esta es la etapa más avanzada y puede ocurrir entre 10 y 30 años después de la infección inicial. Si no se trata, la sífilis terciaria puede causar daños graves a órganos vitales como el corazón, el cerebro, los nervios, los ojos y los huesos. Los síntomas incluyen problemas neurológicos, ceguera, demencia e insuficiencia cardíaca. Esta fase es muy peligrosa y potencialmente mortal si no se interviene a tiempo.

Tratamiento de la sífilis

Afortunadamente, la sífilis es una enfermedad que puede tratarse de manera efectiva con antibióticos, siendo la penicilina el fármaco más utilizado. En etapas tempranas, una única dosis puede ser suficiente para curar la infección, mientras que las etapas más avanzadas pueden requerir un tratamiento más prolongado.

Sin embargo, aunque el tratamiento puede eliminar la bacteria y detener el avance de la infección, no puede revertir los daños permanentes que se hayan producido en órganos o tejidos en las fases más avanzadas. Por esta razón, es fundamental detectar la enfermedad en sus etapas iniciales para evitar complicaciones irreversibles.

Prevención

La mejor manera de prevenir la sífilis y otras infecciones de transmisión sexual es mediante prácticas sexuales seguras, como el uso adecuado de preservativos en todas las relaciones sexuales. También es importante hacerse pruebas regulares de ITS si se tiene una vida sexual activa, especialmente si se mantienen relaciones sexuales con múltiples parejas.

Además, es fundamental que las mujeres embarazadas se realicen pruebas de sífilis durante el embarazo para prevenir la transmisión al bebé. La sífilis congénita puede tener consecuencias graves, como malformaciones congénitas o incluso la muerte fetal.

La sífilis es una infección de transmisión sexual que, aunque tratable en sus primeras etapas, puede tener consecuencias graves si no se detecta a tiempo. Conocer los síntomas y las diferentes fases de la enfermedad es clave para recibir un diagnóstico temprano y evitar complicaciones a largo plazo. Además, adoptar medidas preventivas como el uso de preservativos y realizarse pruebas periódicas son pasos esenciales para evitar la propagación de esta infección.