Jaime Espín, experto en economía de la salud y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, asegura que en el año 2025 el valor de mercado de la nanomedicina será de 334.000 millones de dólares (50% en Oncología), según ha dado a conocer en el Foro Nacional “Futuro y oportunidades para la innovación en nanomedicina”, organizado por el Grupo de Expertos para la Regulación de la Nanomedicina (GERNA).

Para este experto, este volumen de inversión convierte a esta rama de investigación en una fuente importante de ensayos clínicos, algo que nuestro país y sus grupos de investigación «han de ser capaces de capitalizar».

En este foro, que contó con la presencia de expertos nacionales e internacionales en la materia y responsables de instituciones científicas y políticas, y con la colaboración de Vifor Pharma, la doctora María José Alonso, catedrática del Departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la Universidad de Santiago de Compostela, explica que se han aprobado ya más de 50 nanomedicamentos y hay cientos de candidatos más en investigación.

Regulación específica necesaria

Para esta experta, este tipo de medicamentos no son necesariamente complejos en su composición y estructura y pueden ser coste-eficientes. No obstante, debido a la singularidad asociada a su tamaño nanométrico, requieren una atención específica desde el punto de vista regulatorio.

En este sentido, la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), María Jesús Lamas, afirma que se van dando pasos importantes para responder una serie de retos que empiezan por la propia definición de “nanomedicamento”. Asegura que sí existe una definición de la Comisión Europea de nanomateriales, pero no existe un consenso generalizado en la terminología asociada al campo de la nanomedicina.

Agrega que, en determinados casos, también se pueden presentar dudas en lo referente a su clasificación como medicamentos y productos sanitarios (ya que les aplicaría una regulación diferente) y que son necesarios métodos estandarizados de análisis que permitan asegurar la calidad, seguridad y eficacia de estos nanomedicamentos.

Impacto Clínico

José Antonio García Erce, director del Banco de Sangre y Tejidos de Navarra, en la mesa sobre impacto clínico de la nanomedicina, señala que puede ser necesaria una mayor formación de los profesionales en nanomedicamentos, ya que se han “estado utilizando algunos de ellos desde hace algunos años y sin ser conscientes de ello”. Esta formación, continua, hará que los profesionales sean conscientes de que este tipo de medicamentos son eficaces, efectivos, reducen efectos secundarios y mejoran la calidad de vida de los pacientes.

Y es que, además, tal y como explica José Luis Poveda, director del Área Clínica del Medicamento del Departamento de Salud Valencia La Fe, los nanomedicamentos abren la opción a nuevas terapias y son fuente de “innovación disruptiva”. Y posibilitan, agrega el doctor Javier García, jefe de Servicio Anestesiología, Cuidados Críticos y Dolor en el Hospital de Puerta de Hierro, una nueva distinción importante: complementar la medicina basa en la evidencia con el valor aportado al paciente.

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