La autoestima es la percepción subjetiva que las personas realizamos sobre nosotras mismas y está en constante evolución durante el curso de la vida. Un concepto relevante sobre el que la historia de la Psicología ha debatido y cuestionado en abundancia durante las últimas décadas. Tanto es así, que el día 27 de abril se celebra el Día Mundial de la Autoestima.

Autoestima buena, autoestima mala… ¿Cuántas veces has escuchado el término “autoestima”? ¿Cómo lo definirías? Este artículo te ofrece las claves para conocer mejor esta dimensión fundamental del ser humano.

¿Qué es la autoestima? Descubre sus claves

Según la Real Academia Española (RAE), la autoestima es la “valoración generalmente positiva de sí mismo”. Sin embargo, ¿la autoestima implica siempre una visión positiva? Esta interpretación resulta paradójica si analizamos los diferentes tipos de autoestima que los expertos han detectado hasta el momento.

¿Qué es entonces la autoestima? Podría delimitarse como la valoración subjetiva que las personas realizamos sobre nosotras mismas, erigiéndose como uno de los elementos fundamentales para el propio bienestar personal y emocional. Afecta a todo lo que acontece a nuestro alrededor pudiendo llegar a convertirse en un factor limitante: desde nuestros sentimientos, relaciones sociales hasta la forma de afrontar la vida. Y, por ello, nuestra autoestima puede encontrarse en un nivel más alto (autoestima alta) o más bajos (autoestima baja).

A pesar de que sus cimientos residen en la infancia, etapa clave para el desarrollo humano, la autoestima supone un proceso que necesita nutrirse y cultivarse diariamente. Y, por supuesto, puede trabajarse para avanzar internamente. Vernos y aceptarnos tal como somos.

En el camino que supone este aprendizaje, existen unos componentes, denominados por algunos expertos como la “escalera de la autoestima” con los que podemos avanzar y mejorar nuestra propia percepción como personas.

¿Qué es la escalera de la autoestima?

Los expertos han configurado este concepto práctico a través de seis factores. Todos cuentan con una estrecha vinculación y conducen a un mismo destino: la autoestima.

Autoconocimiento

Hay quienes asocian que la autoestima es el autoconococimiento. Sin embargo, autoconocerse conlleva realizar un análisis exhaustivo para establecer nuestras debilidades y fortalezas

Autoconcepto

 Responde a la siguiente cuestión: ¿Qué imagen tenemos sobre nosotros mismos? ¿qué nos gustaría cambiar?

Autoevaluación

 Es la capacidad de evaluarnos constructivamente, a nivel físico y psicológico

Autoaceptación

Uno de los puntos más complejos en el trabajo personal hacia una buena autoestima. Aceptarnos supone valorarnos y dar lo mejor de nosotros mismos.

Autorrespeto

Además del amor a uno mismo, el respeto es otro ingrediente esencial hacia la estabilidad emocional.

Autoestima

 Es el logro de la estabilidad emocional que necesita un individuo para afrontar el mundo con éxito, resiliencia y aceptación ante cualquier diversidad

Descubre los tipos de autoestima que existen

Seguramente te estarás preguntando, ¿qué tipos de autoestima existen? Continúa leyendo que vamos a descubrirlos.

Autoestima alta

La seguridad es la seña de identidad de esta autoestima. Personas que, generalmente, se consideran valiosas y se mantienen firmes en la toma de decisiones. Además de encontrarse satisfechas con ellas mismas, poseen un elevado grado de aceptación, conocen sus virtudes y defectos y no permiten que estos últimos condicionen su rutina pudiendo convertirse en potenciales oportunidades de crecimiento.

Se les caracteriza por su talante abierto hacia las críticas, con una flexibilidad notable ante la admisión de errores que les ayuda a redirigirlos, y afrontan nuevos desafíos con soltura.

En el espectro relacional, una buena autoestima evita entornos marcados por la toxicidad, e impulsa la construcción de relaciones sanas, debido a que el individuo proyecta su interior: conoce sus límites y se valora y respeta a sí mismo. Además, debaten sin miedo a ser juzgados por el resto.

Autoestima baja

Cuando nos referimos a la falta de autoestima o autoestima baja, hablamos sobre el sentimiento de insatisfacción que un individuo tiene sobre sí mismo. No se considera una persona valiosa y desarrolla una excesiva autocrítica.

Contraria a la alta autoestima, estas personas magnifican tanto sus defectos que no son capaces de reconocer y disfrutar de sus puntos fuertes. Producto de esto, su respuesta ante la crítica es desmesurada y la tolerancia hacia la frustración baja.

Necesitan tener bajo control el entorno en el que se desenvuelven por el miedo constante a cometer una equivocación. Todo esto les lleva a establecer relaciones de dependencia con los demás y suelen exteriorizar un carácter pesimista, decaído, y cuadriculado. El autosabotaje, el exorbitante perfeccionismo y el complejo de inferioridad son problemas derivados de esta autoestima baja.

Autoestima inflada

La persona que presenta una autoestima inflada suele tener una actitud de prepotencia y un rol de superioridad respecto a los demás. Necesita recalcar sus brillantes resultados ante el resto y ser reconocidos de forma permanente en cualquier ámbito de su vida. Es una distorsión de la autoestima alta porque está lejos de aprender de sus errores, minando así sus posibilidades de avanzar.

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