La parálisis del nervio facial hace referencia a cualquier tipo de parálisis en cualquier estructura que se encuentre atravesada por el nervio facial. Existen varias causas que pueden provocar esta condición, siendo la más común la parálisis de Bell. Se trata de una enfermedad provocada por causas desconocidas que solo puede diagnosticarse por exclusión de otras enfermedades.

Diagnóstico de la parálisis facial

La parálisis del nervio facial normalmente solo afecta a un lado de la cara, con otros síntomas que incluyen la pérdida del gusto o la disminución de la saliva o la secreción de lágrimas. Para el diagnóstico se necesita el historial clínico y realizar un examen neurológico.

El primer paso es observar qué partes de la cara no se mueven con normalidad cuando la persona intenta sonreír, parpadear o levantar las cejas. Dependiendo de estos factores, el especialista podrá diagnosticar una u otra posible causa.

Se debe valorar que la parálisis sea causada por la enfermedad de Lyme. Si el paciente narra haber realizado actividades al aire libre en hábitats con garrapatas durante los meses de verano, y tiene síntomas como sarpullidos o fiebre, es probable que se trate de esta posibilidad. Deberá entonces realizarse una prueba serológica. Una vez descartada esta, si la serología es negativa, podrá deducirse que se trata de un caso de parálisis de Bell.

Clasificación clínica

La parálisis se puede dividir en lesiones supranucleares e infranucleares. La gran mayoría pertenecen al segundo caso, al ser más perjudicial para los nervios de la cara. Otras clasificaciones comúnmente utilizadas incluyen: intracraneal y extracraneal; duración aguda, subaguda y crónica.

Tratamiento de la parálisis facial

El tratamiento difiere según sus causas. Por ejemplo, si aquello que la ha provocado se debe a la enfermedad de Lyme, se debe iniciar un tratamiento a base de antibióticos.

Todos los demás pacientes deben ser tratados con corticoides y, si la parálisis es grave, incluso antivirales. Hablamos de casos de gravedad si el paciente no puede cerrar completamente el ojo afectado o si la cara muestra una forma asimétrica incluso durante el sueño.

Si el tratamiento con corticoides se inicia en los tres días posteriores al inicio de la parálisis de Bell, aumentan las posibilidades de recuperación, y los síntomas residuales en caso de una recuperación incompleta se verán reducidos. Sin embargo, para la parálisis facial causada por la enfermedad de Lyme, algunos especialistas advierten que los corticoides dañan los resultados. Es por ello por lo que hay que contar siempre con un diagnóstico fiable de un especialista

En aquellos casos en los que el parpadeo se interrumpe por la parálisis facial, se recomienda el uso frecuente de colirios, e incluso un parche para tapar el ojo durante el sueño.

La parálisis de Bell

También conocida como parálisis facial idiopática, se trata de una forma de parálisis facial temporal en un lado de la cara. Es el resultado de una disfunción del nervio facial que dirige los músculos de un lado de la cara, incluidos los que controlan el parpadeo y el cierre de los ojos y las expresiones faciales como la sonrisa.

El nervio facial también provoca impulsos nerviosos en las glándulas lacrimales, salivales y los músculos de un pequeño hueso en el medio de la oreja. También aporta el sentido del gusto en la boca.

Los síntomas aparecen repentinamente en un período de 48 a 72 horas y, por lo general, comienzan a mejorar con o sin tratamiento después de algunas semanas, con recuperación de algunas o todas las funciones faciales seis meses después.

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