La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es una enfermedad multifactorial, progresiva, degenerativa y crónica que afecta a la mácula, la zona central de la retina, provocando una pérdida gradual de la visión central.
Esta patología es una de las principales causas de ceguera en personas mayores de 50 años y puede dificultar actividades cotidianas como leer, conducir o reconocer rostros. Pero a pesar de su impacto en la calidad de vida, la DMAE sigue siendo una enfermedad poco conocida por la sociedad.
Causas y factores de riesgo del DMAE
Si bien la causa exacta de la DMAE aún no se conoce completamente, se ha identificado una serie de factores que aumentan el riesgo de desarrollarla.
- Edad: es más frecuente en personas mayores de 50 años. Las OMS afirma que las personas mayores de 65 años tienen casi cuatro veces más riesgo de sufrir DME.
- Factores genéticos: antecedentes familiares pueden aumentar la predisposición.
- Tabaquismo: fumar duplica el riesgo de padecer la enfermedad.
- Exposición a la luz ultravioleta: puede contribuir al deterioro de la mácula.
- Dieta pobre en antioxidantes: la falta de vitaminas y minerales esenciales puede acelerar el daño en la retina.
- Hipertensión y enfermedades cardiovasculares: pueden afectar a la circulación sanguínea en la retina.
Tipos de degeneración macular asociada a la edad
La degeneración macular asociada a la edad se puede presentar de dos formas principalmente:
- DMAE seca o atrófica:
Es la forma más frecuente, representando aproximadamente el 80-90% de los casos. Se desarrolla lentamente y se caracteriza por el adelgazamiento de la mácula y la acumulación de depósitos amarillentos llamados drunas, lo que con el tiempo causa deterioro visual.
No existe una cura, pero existen suplementos antioxidantes con vitaminas C y E, zinc, cobre, luteína y zeaxantina que pueden ayudar a retrasar su progresión.
Como recomendación, mantener una dieta saludable rica en verduras de hoja verde, pescado y frutos secos y controlar otros factores de riesgo como la hipertensión y el colesterol alto, también pueden ayudar a ralentizar la enfermedad.
- DMAE húmeda o exudativa:
Es menos común, pero más agresiva. Se caracteriza por el crecimiento de vasos sanguíneos anómalos debajo de la retina, los cuales pueden filtrar sangre y líquido, causando daño a la mácula en poco tiempo. En este caso, la pérdida de visión es más rápida y severa que en la DAME seca.
El tratamiento puede ser a base de inyecciones intravítreas de fármacos antiangionénicos para frenar el crecimiento de vasos sanguíneos anormales. Mediante terapia fotodinámica, que combina medicamentos con luz láser para sellar los vasos sanguíneos defectuosos, o mediante cirugía láser, aunque su uso es menos frecuente.
Síntomas de la DMAE
Los síntomas de la DMAE varían según el tipo y la etapa de la enfermedad, pero los más comunes son:
- Visión central borrosa o dificultad para enfocar objetos cercanos.
- Deformación de las líneas rectas.
- Distorsión de las imágenes que dificulta la lectura, la conducción o el reconocimiento de rostros.
- Manchas o puntos ciegos en el campo de visión central.
- Alteraciones de contrastes y colores.
- Necesidad de más luz para realizar tareas cotidianas.
- Pérdida de la percepción de profundidad.