El consumo de pescado en nuestra dieta es altamente beneficioso y recomendable por su importante aporte a nuestro organismo. El pescado y el marisco son una importante fuente de proteínas, hierro y cinc, nutrientes vitales para nuestro día a día. Todos estos componentes son además muy importantes para cualquier mujer durante su embarazo. Por su parte, los ácidos grasos omega-3 presentes en muchos tipos de pescado, así como el ácido docosahexaenoico, también ayudan y favorecen el desarrollo del bebé.
Aun así, durante la gestación, la ingesta de ciertos tipos ha de moderarse por su contenido en mercurio, componente que se ha demostrado que atraviesa la barrera placentaria para llegar al feto, pudiendo provocar efectos adversos en el crecimiento fetal y en el desarrollo cerebral. Esta precaución debe mantenerse tras el parto en aquellas mujeres que ofrecen lactancia materna a su bebé y en la infancia hasta los cinco años de edad.
Pautas para el consumo de pescado y marisco en nuestra dieta
Los pescados de gran tamaño y origen salvaje suelen ser los que mayor contenido en mercurio suelen tener. Por ello, es importante evitar el consumo de peces grandes y depredadores, como el tiburón, el pez espada, la caballa gigante o el blanquillo.
Otro consejo es evitar ingerir pescado o marisco crudo. Con el objetivo de impedir la exposición a bacterias y virus es importante no consumir pescados o mariscos sin cocinar como las ostras, el sushi o los pescados ahumados, entre otros.
En este sentido, es importante cocinar bien el marisco, teniendo en cuenta la temperatura del proceso. Además, para saber qué está listo para su consumo, la pieza se desarmará con facilidad y todas sus partes se verán opacas. Para las piezas de concha, éstas deben abrirse tras la cocción.
Pescados permitidos en el embarazo
Además de las recomendaciones anteriores, existe un listado de pescados y mariscos que son más seguros y recomendados en el embarazo. En esta clasificación, encontramos los ejemplares de contenido muy bajo en mercurio, tales como las anchoas, las almejas, las langostas de ría, la merluza, el arenque, el abadejo, el salmón, las sardinas, los boquerones, la dorada, los camarones o la pescadilla.
Por su parte, hay otro grupo de pescados de bajo contenido entre los que se incluyen el pescado blanco, la palometa, el bacalao, el cangrejo, la corvina, la caballa del Atlántico, los mejillones, la perca, las vieiras, el lenguado, los calamares, la trucha de agua dulce y el atún enlatado (sólo de tipo claro).
Pescados prohibidos en el embarazo
En el extremo contrario tenemos una serie de ejemplares con alto o muy alto contenido en mercurio, casos en los que se recomienda el no consumo durante embarazo, lactancia e infancia.
Entre los pescados de alto contenido en mercurio encontramos la lubina, la anjova, la anguila, la langosta, el rape, la trucha de mar, el bacalao negro, la raya, el pargo.
De muy alto contenido tenemos el mero, la caballa, la aguja, el tiburón, el pez espada y el atún fresco.
En cualquier caso, recuerda siempre consultar con tu médico qué tipo de alimentos puedes o no consumir durante tu embarazo.
