Las sales minerales son compuestos químicos que se encuentran naturalmente en el suelo y en el agua. Estos compuestos están formados por iones como el cloruro, el calcio, el potasio, el sodio o el magnesio. Las sales son fundamentales para el mantenimiento de la salud y el funcionamiento adecuado del organismo tanto de las personas como de los animales.
Existen tres tipos de sales minerales necesarias para nuestro cuerpo. Estas son:
- Sales precipitadas: Nos ayudan en la función de protección. Los silicatos, el fosfato de calcio o el carbonato cálcico son algunas de ellas.
- Sales ionizadas: Favorecen la adaptación de nuestro cuerpo a los cambios de pH y regulan el equilibrio osmótico.
- Minerales asociados: Permiten realizar actividades que no serían posibles de forma separada. Estas sales se suelen combinar con moléculas orgánicas, formando fosfoproteínas y fosfolípidos.
Funciones
Las sales minerales cumplen un papel determinante en nuestra salud, ya que participan en una serie de funciones como:
- Retener el agua en el cuerpo
- Favorecer la correcta función cardíaca
- Ayudar en la formación de huesos y dientes
- Regular el pH
- Transportar el oxígeno
- Conservar la salinidad en el cuerpo
- Contraer los músculos
Potenciar nuestra inmunidad a las enfermedades
Sales minerales más comunes y alimentos donde encontrarlas
Aunque también se pueden obtener en forma de suplementos (siempre bajo recomendación médica), la forma más favorable de obtener sales minerales es mediante la ingesta de alimentos ricos en estas. Las principales sales que necesita nuestro organismo son:
- Hierro: Lo encontramos en la carne, las legumbres, el marisco o los cereales. Favorece el transporte de oxígeno y previene la aparición de anemia.
- Calcio: Los productos lácteos como la leche, el queso o el yogur son ricos en calcio. Permiten formar y fortalecer los huesos, además de mantener la salud en el cabello y en las uñas.
- Magnesio: Aparece en los frutos secos, en el chocolate o en el pan integral y ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre, además de fomentar la función de los músculos.
- Fósforo: La carne, los huevos, el pescado y la leche lo contienen. Proporciona la energía necesaria para nuestro organismo y previene los dolores musculares o la sensación de debilidad.
- Sodio: El pan, las aceitunas o los quesos son ricos en esta sal. Al igual que el fósforo, evita la sensación de fatiga interna.
- Potasio: Aunque el plátano es el alimento estrella, también lo encontramos en carnes y pescados. Evita calambres, temblores y alivia la sensación de sed.