La enfermedad celíaca es una enfermedad digestiva y un trastorno autoinmune que daña el intestino delgado y altera la absorción de las vitaminas, minerales y demás nutrientes que contienen los alimentos.

Los pacientes que padecen enfermedad celíaca no toleran la proteína llamada gluten que se encuentra presente en muchos cereales, como son el trigo, la avena, la cebada y el centeno. La ingesta de este tipo de alimentos produce una respuesta inmunitaria que provoca la inflamación y el daño en la mucosa del intestino delgado.

Causas de la enfermedad celíaca

Existen diversas causas de la enfermedad celíaca por lo que puede darse por diversos factores. Uno de ellos es de componente genético por lo que pueden padecerla distintas personas de una misma familia.

Otro de los motivos se puede producir por agentes ambientales, probablemente desencadenados por infecciones virales o infecciones de otro tipo.

Por último, la causa puede estar asociada con otras enfermedades autoinmunes que también son producidas por la combinación de susceptibilidad genética e infecciones.

Síntomas de sospecha

Existe una gran variedad de síntomas que pueden ser sospechosos de enfermedad celíaca, y no todos ellos de origen digestivo. La deficiencia de absorción en los nutrientes hace que aparezcan síntomas que pueden estar combinados o producirse de forma aislada. También existen casos en los que no se produce ningún síntoma visible.

Entre los signos digestivos que deben alertarnos podemos encontrar la diarrea crónica, la pérdida de peso, la realización de deposiciones abundantes y grasientas, el dolor abdominal recurrente y los gases.

Otro tipo de síntomas que se producen es la anemia, los dolores óseos y articulares, calambres musculares, cansancio, depresión, erupción cutánea, pérdida de peso o retraso del crecimiento, que suele ser común en niños.

Además de los síntomas de sospecha, la enfermedad celíaca puede producir que se desencadenen otros problemas de salud como las deficiencias nutricionales, la infertilidad, la osteoporosis o la neuropatía por gluten.

Cómo detectar y tratar la enfermedad celíaca

La diversidad de síntomas, así como la aparición de ellos en otro tipo de enfermedades hace que, en muchas ocasiones, se dificulte la obtención de un diagnóstico precoz.

Los pacientes con esta enfermedad presentan niveles elevados de anticuerpos contra el gluten, por lo que, a través de la realización de una biopsia de la mucosa del intestino delgado, se puede confirmar la enfermedad.

La confirmación del diagnóstico se basa en la concurrencia de sospecha clínica, serología y biopsia intestinal.

Respecto al tratamiento, la única opción para mejorar la situación de los pacientes es evitar todos aquellos alimentos que contengan gluten durante toda la vida. Por ello es importante revisar la composición de los alimentos y así asegurarse de la presencia o no de esta proteína.

Una vez se inicie la dieta sin gluten, y de cara a recuperar la afectación del duodeno, los pacientes pueden consumir suplementos dietéticos de las vitaminas o minerales que presenten déficit.

Con estas recomendaciones, sólo un pequeño porcentaje de pacientes no mejoran y requieren tratamientos farmacológicos especializados, por lo que serán más propensos a desarrollar complicaciones de la enfermedad con el desarrollo de otros trastornos autoinmunes.

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