El nacimiento de un bebé trae muchas emociones y también preguntas sobre su crecimiento y desarrollo. Durante los primeros meses, los cambios en el recién nacido son impresionantes y rápidos. Desde sus habilidades motoras hasta su desarrollo cognitivo, cada pequeño avance es una señal de que sigue creciendo de forma saludable. Por ese motivo, entender qué esperar durante esta etapa es clave para ofrecer el mejor cuidado posible.

Crecimiento físico del bebé recién nacido

Durante los primeros meses, el crecimiento físico del recién nacido es asombroso. Los recién nacidos ganan, de promedio, entre 150 y 200 gramos por semana durante sus primeras semanas de vida. Al finalizar el primer mes, los bebés suelen haber aumentado de peso entre quinientos gramos y un kilo. 

Además, los bebés también crecen en longitud, aproximadamente 2,5 a 4 cm en el primer mes. Los pediatras suelen controlar tanto el peso como la longitud en cada visita para asegurarse de que el bebé crece de manera saludable.Otro indicador de crecimiento que se suele revisar es el tamaño de la cabeza. Los recién nacidos experimentan un aumento de 1 a 2 cm en el perímetro de la cabeza cada mes durante los primeros seis meses. Esto refleja el desarrollo del cerebro, uno de los órganos que más crece en esta etapa.

Desarrollo motor en los primeros meses

El desarrollo motor en los recién nacidos sigue un patrón progresivo. Al principio, sus movimientos son reflejos. Uno de los más conocidos es el reflejo de succión, que permite al bebé alimentarse desde el primer día. También está el reflejo de agarre, que hace que el bebé cierre sus manos alrededor de cualquier objeto que toque sus palmas.

Durante los primeros meses, el bebé comenzará a ganar más control sobre sus movimientos, y generalmente logra sostener su cabeza alrededor de los tres meses. Este hito es importante, ya que muestra el fortalecimiento de los músculos del cuello y la coordinación.A medida que el bebé sigue desarrollándose, los movimientos reflejos van desapareciendo y son reemplazados por acciones más conscientes. Por ejemplo, a los cuatro meses, muchos bebés comienzan a alcanzar objetos que ven, lo que marca el inicio de la coordinación ojo-mano.

Desarrollo cognitivo y sensorial

El desarrollo cognitivo del recién nacido comienza mucho antes de que pueda hablar o caminar. Desde el nacimiento, los bebés son capaces de reconocer el rostro de su madre y pueden enfocar objetos que estén a una distancia de unos 20 a 30 centímetros. Esta capacidad visual mejora rápidamente, y a las pocas semanas el bebé puede seguir objetos en movimiento.

Los recién nacidos también desarrollan habilidades auditivas. Desde muy pequeños, los bebés reconocen la voz de sus padres y reaccionan ante sonidos familiares. A medida que su capacidad auditiva mejora, empiezan a girar la cabeza hacia sonidos interesantes. Incluso pueden preferir las voces humanas sobre otros sonidos, lo que refuerza la conexión con sus cuidadores.Otro aspecto del desarrollo cognitivo es la capacidad de interactuar con el entorno. Los bebés empiezan a sonreír socialmente alrededor de las seis semanas. Esta es una señal importante de su capacidad de conectar emocionalmente con los demás.

Desarrollo del sueño en el bebé recién nacido

El sueño es un componente fundamental para el crecimiento del bebé. Los recién nacidos duermen la mayor parte del tiempo, entre 16 y 18 horas al día, aunque de manera interrumpida. Durante los primeros meses, sus patrones de sueño no están bien establecidos y los despertares frecuentes para alimentarse son normales.

Poco a poco, el sueño del bebé comienza a organizarse en ciclos más predecibles. A partir de los tres meses, algunos bebés empiezan a dormir por más horas durante la noche, aunque todavía es normal que se despierten para comer. Establecer una rutina de sueño puede ayudar a que el bebé desarrolle hábitos de descanso más regulares.

Nutrición adecuada: clave para un desarrollo saludable

La alimentación es crucial para el crecimiento y desarrollo en el recién nacido. Tanto la leche materna como la fórmula ofrecen los nutrientes esenciales que el bebé necesita. La leche materna es considerada el alimento ideal, ya que no solo proporciona los nutrientes necesarios, sino que también contiene anticuerpos que ayudan a proteger al bebé de infecciones.

Los bebés deben ser alimentados a demanda, lo que significa que se les debe ofrecer leche siempre que tengan hambre. Esto suele ocurrir cada dos o tres horas en los primeros meses. A medida que el bebé crece, es posible que las tomas se vuelvan menos frecuentes y más predecibles. En cuanto a la introducción de alimentos sólidos, la Organización Mundial de la Salud recomienda que ésta comience alrededor de los seis meses, cuando el bebé ya ha desarrollado las habilidades motoras necesarias para masticar y tragar alimentos más sólidos.