La rigidez en el cuello puede producirse por causas de diversa índole, la mayoría de ellas sin mayor importancia, aunque también puede ser determinante de problemas de salud más graves. Estos dolores son una molestia muy común en la población que produce dificultades, molestias y dolor al girar la cabeza, llegando en ocasiones a producir mareos y náuseas sino se trata.
El cuello contiene estructuras vasculares y nerviosas importantes, sostiene la cabeza y da paso a estructuras fundamentales como el aparato respiratorio o digestivo. Todo esto le convierte en una de las zonas más importantes de nuestro cuerpo. Por ello, la rigidez de esta parte hace que se condicione nuestro bienestar y nos sintamos molestos en nuestro día a día.
Rigidez por problemas musculares o de columna
Los motivos más comunes son de índole muscular o de la columna vertebral. De esta forma los músculos cervicales o dorsales se contraen por diversas causas como el estrés, la exposición al frío, las malas posturas o problemas en las articulaciones cercanas.
Uno de los trastornos musculares más comunes es la distensión muscular que se produce por pasar un largo período de tiempo mirando el móvil, trabajando o estudiando con el cuello inclinado hacia abajo. Esta dolencia produce pitidos en los oídos, fatiga o mareos con ciertos movimientos.
Otro problema muscular frecuente es el latigazo vertical, a raíz de un movimiento brusco que produce dolor, pérdida de amplitud de giro y hormigueo en las extremidades superiores.
Por su parte, la espondilólisis está causada por el envejecimiento y la degeneración de las articulaciones cervicales. Esta situación provoca dolor de cabeza o adormecimiento en las manos.
También pueden producirse traumatismos cervicales, cefaleas tensionales o falta de elasticidad en la zona que sean voz de alarma para la rigidez de cuello.
En cuanto a los problemas de columna que causan esta dolencia suelen ser ocasionados por la pérdida de curvatura habitual, como por ejemplo la que causa la artrosis.
Enfermedades graves que causan rigidez
Además de indicar problemas musculares o de columna, la rigidez de cuello puede ser indicativo de problemas graves de salud y hemos de estar alerta.
Uno de ellos es la presencia de meningitis, inflamación de la membrana meninge que envuelve el cerebro y la médula espinal y que está provocada por bacterias, virus, parásitos y sustancias tóxicas. En la mayoría de los casos el problema remite, pero hay que tratar la infección lo antes posible para evitar daños neurológicos, algunos vitalicios o, incluso, la muerte.
La rigidez de cuello también puede ser síntoma de alarma para diversas enfermedades degenerativas, como por ejemplo el Parkinson. En este caso, la rigidez es progresiva y puede afectar a los movimientos con temblores, pérdida de olfato o problemas de equilibrio.
Por último, los vértigos son otro de los problemas que van acompañados de rigidez en el cuello, haciendo que los mareos aumenten cuando movemos esta zona. Por eso, en estos casos, a veces se asocia el mareo a la contractura, obviando la presencia de otros problemas que empiezan en el oído o el sistema nervioso central.
Por ello, y para evitar problemas de salud mayores, es importante consultar cuanto antes con un especialista que pueda valorar tu situación y emitir un diagnóstico y tratamiento lo antes posible.