Aproximadamente 1 de cada 4 personas son personales altamente sensibles o PAS. A pesar de esta prevalencia, a nivel poblacional se desconoce que son las personas altamente sensibles. Reflexionar sobre todo y en profundidad, preocuparse por los sentimientos de los demás o incapacidad para decir “no” son algunos de los rasgos principales de las personas altamente sensibles.

¿A qué nos referirnos con personas altamente sensibles?

 Las personas altamente sensibles son aquellas personas que presentan una mayor sensibilidad como consecuencia de una mayor actividad o desarrollo de su sistema nervioso. Esto implica que, ante un mismo hecho, las personas PAS son capaces de captar mayor información sensorial que el resto de la población. Por tanto, sus conclusiones y percepciones difieren a las del resto.

Las principales características de las personas altamente sensibles son:

  • Las personas altamente sensibles son personas más reflexivas y analíticas. Al percibir mayor información son capaces de establecer deducciones más profundas.
  • Tienen tendencia a la sobreestimulación lo que causa en ellos sentirse abrumados.
  • Al ser más emocionales, se caracterizan por su empatía.
  • Captan con mayor facilidad las sutilezas o matices.
  • Suelen destacar en disciplinas artísticas como la fotografía, el cine o la pintura.
  • En la gestión o incluso en su día a día, las personas altamente sensibles son propensos a un control y supervisión constante de sus acciones y decisiones.

¿Qué rasgos son habituales en las personas PAS?

Existen una serie de conductas que nos permiten identificar fácilmente a las personas altamente sensibles:

  • Personas inseguras e introvertidas.
  • Excesivamente exigentes consigo mismas.
  • En ocasiones, las personas altamente sensibles pueden sentirse diferentes o ajenas al resto. Lo que propicia esa sensación de no encajar en el entorno o la sociedad.
  • Suelen caracterizarse por fuertes convicciones morales.
  • Las personas altamente sensibles, además, tienen dificultades para poner límites o decir que no.
  • Presentan una mayor dificultad para tolerar la sobreestimulación fruto de estímulos intensos como son las luces o los ruidos.
  • Sensación de agobio extremo ante situaciones estresantes.
  • Se sienten inhibidos ante aglomeraciones de personas o estar en entornos con mucha gente.
  • Colaboran con causas altruistas.
  • Otra de las peculiaridades es que con mayor facilidad perciben y empatizan con las dificultades de otras personas.
  • Rehúyen de actitudes competitivas, evitan el conflicto, las discusiones o actitudes violentas o bélicas.
  • Les cuesta adaptarse a cambios inesperados o repentinos.

¿Qué hacer ante la sospecha de PAS?

La alta sensibilidad es un rasgo de la personalidad y, por tanto, es de vital importancia identificarlo para una adecuada gestión del mismo. En caso de que no se identifique, las personas altamente sensibles experimentan un mayor sufrimiento, frustración o incluso adoptan conductas antisociables y de aislamiento. En casos más graves pueden derivar en trastornos de personalidad, ansiedad o depresivos.

Sin embargo, un diagnóstico PAS permite a estas personas identificar, conocer y comprender sus sensaciones y emociones y, como consecuencia, contribuir a su bienestar emocional.

Además del conocimiento del PAS, otras recomendaciones son

  • Fomentar la creación de un espacio propio que contribuya a estimular la reflexión.
  • Realizarse a través de disciplinas artísticas como son la escritura, la pintura o el arte.
  • Acudir al psicólogo cuando sea necesario.
  • Adecuada gestión del estrés y la ansiedad.
  • Aprender a priorizar para evitar caer en conductas tóxicas como el agobio o el estrés.
  • Exteriorizar y hablar con personas cercanas de la situación. Fomentar el conocimiento del PAS en el entorno próximo, ayuda a las personas que nos rodean a que entiendan lo que nos pasa y como nos sentimos.

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