Se denomina crisis de ansiedad al período de tiempo en el que una persona tiene dudas profundas sobre sí misma, con distintos pensamientos y procesos cognitivos centrados en el sentido de su existencia. Esta etapa se caracteriza por sentir altos niveles de malestar emocional e incertidumbre, acompañados de sentimientos de vacío y soledad.

Este proceso suele ser característico durante la adolescencia por los grandes cambios que se producen en la persona y la incertidumbre que produce el futuro. Se trata de una etapa en la que se van tomando importantes decisiones para nuestra vida tanto a nivel formativo, profesional y personal lo que provoca el aumento de estas dudas.

Aunque se trata de un proceso que se suele producir en esta edad, no es exclusivo de ella pudiendo aparecer en otros momentos de la vida. Todos podemos sufrir crisis de identidad sobre todo en épocas de grandes cambios como puede ser el inicio de un nuevo empleo, la paternidad o la pérdida de un ser querido. Esto se debe a la importancia de evolucionar como persona y, por tanto, es necesario experimentarlas de vez en cuando.

Síntomas para detectar una crisis de identidad

En ocasiones, las crisis de identidad se pueden confundir con crisis existenciales por lo que es importante tener en cuenta cuales son los síntomas característicos. Aunque la intensidad de los mismos puede variar de unas personas a otras, este proceso suele estar caracterizado por la sensación de estar perdido, el sentimiento de soledad y vacío, la ansiedad o la inestabilidad emocional.

Además, manifestar problemas para la toma de decisiones o tener dificultad para solucionar problemas también es un signo característico en las crisis de identidad.

Por último, no sentirse capaz ni preparado para asumir cambios y nuevos ciclos en nuestra vida es determinante de estar padeciendo una crisis de identidad.

Causas más habituales de las crisis de identidad

Las crisis de identidad suelen durar períodos largos de tiempo, pudiéndose extender meses e incluso años. Conocer la causa puede ayudarnos a saber qué duración puede tener y la intensidad que va a caracterizar a la misma.

En primer lugar, los cambios no esperados pueden ser desencadenante de este proceso. Entre ellos podemos encontrar un despido, un divorcio o una mudanza obligada.

En segundo lugar, encontramos la falta de conocimiento de sí mismo. Cuando una persona no tiene claros sus valores personales ante una decisión trascendental se puede producir una crisis de identidad.

¿Cómo se tratan las crisis de identidad?

La crisis de identidad no se trata de un problema psicológico ni un trastorno como se cree en muchos casos. Todos pasamos en ciertos momentos de nuestra vida por una crisis de este tipo, por lo que, normalmente, estamos preparados para superarlas sin ningún tipo de ayuda externa. Aún así, en algunos casos derivan a algún tipo de problema de salud mental por lo que es importante recurrir a la consulta de un especialista que te ayude a tratar el problema.

Por otro lado, existen una serie de consejos que pueden ayudarte a superar el problema por ti mismo:

  • Percibir la crisis de identidad como una oportunidad de cambio
  • Aprovechar a autodescubrirte
  • Aumentar la confianza en ti mismo
  • Planificar nuevos objetivos
  • Aceptar los cambios

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