La enfermedad de Wilson es un trastorno genético raro que afecta la capacidad del cuerpo para metabolizar el cobre. Este mineral, aunque esencial para funciones biológicas clave, puede ser tóxico cuando se acumula en exceso. Conocer cuáles son los síntomas de la enfermedad de Wilson a tiempo es crucial para evitar complicaciones graves.

Síntomas de la enfermedad de Wilson

En personas sanas, el cobre se absorbe en pequeñas cantidades y se elimina principalmente a través del hígado. Sin embargo, en aquellos con enfermedad de Wilson, el cobre se acumula peligrosamente en órganos vitales como el hígado, el cerebro y los ojos, causando una amplia gama de síntomas.

Síntomas hepáticos

El hígado es uno de los primeros órganos en verse afectado por la acumulación de cobre en la enfermedad de Wilson. Estos síntomas pueden aparecer desde la infancia o adolescencia, pero en algunos casos no se manifiestan hasta la edad adulta.

Entre los principales síntomas hepáticos, se incluyen:

  • Hepatitis aguda o crónica: La inflamación del hígado puede ser uno de los primeros indicios de la enfermedad. Se puede experimentar fatiga, malestar general, dolor en la parte superior derecha del abdomen e ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).
  • Cirrosis: Si la enfermedad progresa sin tratamiento, el hígado puede desarrollar cicatrices permanentes. La cirrosis puede generar complicaciones graves, como insuficiencia hepática.
  • Hepatomegalia: El hígado puede aumentar de tamaño debido a la acumulación de cobre, lo que provoca molestias abdominales.

En algunos casos, las personas pueden mostrar síntomas similares a los de otras enfermedades hepáticas, como hepatitis autoinmune o esteatohepatitis.

Síntomas neurológicos y psiquiátricos

Cuando la enfermedad de Wilson afecta al cerebro, los síntomas pueden ser más difíciles de diagnosticar, ya que suelen ser confundidos con trastornos neurológicos o psiquiátricos comunes.

  • Temblor y problemas de coordinación: Uno de los síntomas neurológicos más frecuentes es el temblor, que puede ser leve o severo. También pueden aparecer problemas de coordinación, rigidez muscular o movimientos involuntarios, similares a los observados en la enfermedad de Parkinson.
  • Dificultades en el habla: Los pacientes pueden tener problemas para hablar claramente, arrastrando las palabras o hablando lentamente.
  • Cambios en la personalidad: La acumulación de cobre en el cerebro puede causar alteraciones en el comportamiento. Los pacientes pueden volverse irritables, deprimidos o presentar ansiedad sin una causa aparente.
  • Dificultad para concentrarse: Muchos pacientes con enfermedad de Wilson experimentan dificultades para concentrarse o completar tareas que antes realizaban sin problemas.

Síntomas oculares

Uno de los signos más característicos de la enfermedad de Wilson es la presencia de los anillos de Kayser-Fleischer, que son depósitos de cobre en la córnea, visibles a través de un examen oftalmológico especializado. Estos anillos tienen un color marrón o dorado y son un indicador clave para el diagnóstico.

  • Visión borrosa: Aunque los anillos de Kayser-Fleischer no siempre afectan la visión, en algunos casos pueden provocar visión borrosa o problemas visuales leves.

Otros síntomas

A medida que la enfermedad progresa, el cobre puede comenzar a afectar otros órganos del cuerpo, generando una serie de síntomas adicionales.

  • Problemas renales: La acumulación de cobre puede dañar los riñones, lo que lleva a la aparición de proteinuria (exceso de proteínas en la orina) y, en casos severos, insuficiencia renal.
  • Anemia hemolítica: En algunas personas, el exceso de cobre en el torrente sanguíneo puede destruir los glóbulos rojos, causando anemia hemolítica, lo que se traduce en fatiga extrema, debilidad y palidez.
  • Problemas esqueléticos: La enfermedad de Wilson también puede afectar a los huesos, provocando dolor articular, osteoporosis o artritis en personas jóvenes.

Diagnóstico y tratamiento de la enfermedad de Wilson

Dado que la enfermedad de Wilson presenta una variedad de síntomas que pueden confundirse con otras enfermedades, su diagnóstico requiere pruebas específicas. Los análisis de sangre y orina, para medir los niveles de cobre, así como una biopsia hepática o un examen ocular especializado para detectar los anillos de Kayser-Fleischer, son herramientas clave para identificar la enfermedad.

El tratamiento de la enfermedad de Wilson se basa en reducir y controlar la acumulación de cobre en el cuerpo. Esto se logra a través de medicamentos que ayudan a eliminar el cobre, como la penicilamina o el trientine, así como cambios en la dieta, evitando alimentos ricos en cobre, como mariscos, nueces, chocolate y ciertos vegetales de hojas verdes.Es una condición grave, pero tratable si se diagnostica a tiempo. El reconocimiento temprano de los síntomas de enfermedad de Wilson es esencial para prevenir daños irreversibles en el hígado, el cerebro y otros órganos. Si se presenta alguno de los síntomas mencionados, especialmente si existe un historial familiar de la enfermedad, es crucial acudir a un especialista para realizar las pruebas necesarias.