La arteriosclerosis es una afección provocada por la acumulación de placa (sustancia pegajosa compuesta de grasa, colesterol, calcio y otras sustancias que se encuentran en la sangre) que endurece y engrosa las arterias, restringiendo el flujo de nutrientes y oxígeno a los órganos y tejidos del organismo.

La arteriosclerosis puede llegar a afectar a la mayoría de arterias que forman parte del cuerpo humano, incluidas las del corazón, pelvis, brazos, riñones y cerebrales. Por otro lado, esta placa que se acumula en las arterias puede provocar infartos o derrames cerebrales, así como otros problemas: colesterol alto, mala circulación en las piernas, hemorroides, hipertensión, varices, o problemas de trombosis.

Para evitar padecer de esta patología, así como prevenir la aparición de futuros daños en nuestro sistema, existen una serie de hábitos alimenticios que podemos seguir que pueden resultarnos de gran ayuda para cuidar nuestras venas y arterias. A continuación, te contamos aquellas recomendaciones nutricionales para tratar la arteriosclerosis.

Dieta a seguir para el tratamiento y prevención de la arteriosclerosis

Para la prevención y tratamiento de la arterioesclerosis, la dieta es una pieza clave, siendo la primera opción más recomendable previamente a la iniciación de un tratamiento farmacológico.

El objetivo de esta dieta debe estar encaminado a alcanzar y mantener un peso ideal, comenzando con una dieta baja en calorías para aquellas personas que puedan padecer sobrepeso y posteriormente ajustando esas calorías a las necesidades de cada persona.

Aquellas personas cuya dieta habitual se compone de grasas saturadas, son sedentarios, padecen sobrepeso u obesidad, o tienen antecedentes familiares de infartos o colesterol, obtienen un mayor riesgo de desarrollar arteriosclerosis.

Alimentos que consumir para el tratamiento de la arteriosclerosis

  • Frutas. Contienen grasas sanas y lecitinas que aumentan el colesterol bueno. Por otro lado, aportan la fibra necesaria para reducir los niveles de colesterol.
  • Semillas de chía o cáñamo, dado su contenido en omega 3, que ayuda a controlar los niveles de colesterol y a prevenir las enfermedades circulatorias.
  • Aguacate. Este alimento contiene una gran cantidad de grasas insaturadas (sobre todo ácido oleico, presente también en el aceite de oliva), además de aportar vitaminas y minerales.
  • Pescado azul. Los ácidos grasos omega 3 del pescado azul aportan muchos beneficios al organismo, ayudando a que la sangre no se coagule en exceso, dañando las arterias.
  • Legumbres. Se deben consumir entre tres o cuatro veces a la semana para reducir el nivel de lípidos o grasas presentes en la sangre.
  • Verduras. Las verduras son una gran fuente de nutrientes beneficiosos para la salud, aportando vitaminas, minerales y fibra. Dentro de sus muchos componentes nutricionales destaca la luteína, de gran utilidad para sanear los conductos arteriales y evitar su engrosamiento. Las espinacas, acelgas, canónigos o lechugas son un buen ejemplo de alimentos que incorporar a la dieta.
  • Ajo. El ajo goza de un efecto de protección contra el exceso y acumulación de lípidos en la sangre, así como la formación de placas en las arterias. Incluirlo en nuestra dieta ayuda a todo el sistema cardiovascular.

Alimentos que evitar para el tratamiento de la arteriosclerosis

Respecto a los alimentos que no deben consumirse para tener un menor riesgo de desarrollar arteriosclerosis se encuentran:

  • Alimentos con alto contenido en colesterol. Como la mantequilla, embutidos, quesos, yema de huevo o carnes, ya que el colesterol alimentario debe ser inferior a 300 mg al día. Tampoco es recomendable el consumo de bollería industrial elaborada con grasas vegetales, procedentes de aceites vegetales que se comportan como ácidos grasos saturados, favoreciendo los tapones de colesterol en venas y arterias.
  • Frutos secos. Aunque son un alimento calórico recomendable para mantener la salud cardiovascular, las almendras, los cacahuetes o las nueces tiene un alto contenido de proteínas y grasas insaturadas, por lo que es adecuado consumirlas con moderación en la dieta o suprimirlas, dependiendo del peso.
  • Alcohol. Su consumo no es recomendable en el objetivo de prevención de arterioesclerosis. Además, es importante evitar otros hábitos nocivos como el tabaco, ya que favorece la formación de placas de ateroma.

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