Trabajar de noche no es algo natural para lo que nuestro cuerpo esté preparado. Tener horarios totalmente distintos al resto y que éstos afecten a nuestras rutinas diarias y nuestros ritmos circadianos puede tener diversas consecuencias negativas tanto en nuestro día a día como en nuestra salud.

Aún así, el impacto que producen los turnos nocturnos depende de muchos factores como pueden ser la edad, el sexo o las características fisiológicas de cada persona, siendo también determinantes la situación económica y familiar que tenga en ese momento el individuo.

Además, como señalan muchos estudios, hay personas que no terminan de adaptarse nunca a los turnos de noche y deben seguir recomendaciones especiales para que estas rutinas les afecten lo menos posible.

Cómo afecta el turno de noche en tu salud

Los cambios de horario en el sueño hacen que se invierta nuestro ritmo biológico y se alteren los ritmos circadianos por no adaptarnos a las horas de luz y a la temperatura diurna y nocturna. Esto hace que se produzcan diversas consecuencias en nuestra salud que debemos tener en cuenta y cuidar.

Una de ellas es la reducción del rendimiento por la falta de descanso que puede derivar en patologías relacionadas con el sueño como la narcolepsia.

Otro desencadenante es la dieta que se ve alterada por los cambios de horarios en las comidas.

El sueño también aumenta la carga mental haciendo que empeore el tiempo de respuesta y la ralentización en la ejecución de tareas. Esto provoca una mayor vulnerabilidad ante los accidentes de trabajo y consecuencias psicológicas, como la depresión, ansiedad o estrés.

Consejos para sobrellevar el turno de noche

Para evitar que trabajar en horario nocturno nos afecte, existen una serie de consejos que pueden ayudarnos para sobrellevar esta situación.

Sin duda el más importante es el descanso mínimo de seis/ocho horas por la mañana. Debemos establecer rutinas antes de dormir como darnos una ducha caliente o leer un rato. De esta forma el cerebro asocia este momento al descanso. En este sentido también es importante acondicionar tu dormitorio para dormir mejor: baja las persianas para que no entre luz, cierra todo para evitar ruidos externos y usa tapones para tener silencio total. Todo ello te ayudará a conseguir un sueño de calidad.

Respecto a las comidas, es importante mantener una dieta equilibrada. A pesar de que los horarios sean distintos, es importante que sigas comiendo de manera habitual y sana. Cocinar con antelación hará que evites comidas a deshoras o el consumo de comida basura. Además, puedes seguir horarios de comidas para ayudar en tu dieta:

  • Haz un par de tentempiés durante el turno de trabajo que sean ligeros y sanos.
  • Al llegar a casa, antes de dormir, puedes tomar algo ligero.
  • Al despertarte debes hacer lo mismo, como si del desayuno se tratara.
  • A partir de la tarde puedes ya tomar algo más consistente y seguir ya la rutina.
  • Evita alimentos grasos y azucarados, así como el consumo de estimulantes para no provocar efectos negativos en tu salud.
  • También es importante cuidar la hidratación.

Por último, es importante que realices ejercicio físico, siempre en función de tus horarios. La práctica de deporte te ayudará a mantener una buena salud mental y a mejorar el sueño porque estará más cansado. También puede ayudarte la práctica de ejercicios de relajación y respiración profunda que te ayuden a desconectar.

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